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«Es el mayor fiasco político que he visto nunca»
Rajoy promete ayuda financiera a Cataluña pero el PP condiciona su apoyo a CiU a «una rectificación total»
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy se ha quitado un peso de encima con el inesperado «batacazo» electoral de CiU. Y eso, para un presidente que lleva un año apagando fuegos, siempre es una grata noticia. El líder del PP congregó ayer en Génova a la cúpula de su partido para analizar los resultados de los comicios catalanes. «La estrategia política de Artur Mas ha sido el mayor fiasco que he visto nunca», confesó Mariano Rajoy ante el comité ejecutivo nacional del PP, que se reunió a puerta cerrada. Y no solo porque no obtuvo la mayoría absoluta que anhelaba, sino porque, tras perder doce diputados, ha puesto en entredicho hasta su propio liderazgo al frente de CiU, según barruntan los populares.
En opinión del jefe del Ejecutivo, el pulso soberanista de Mas se estudiará en el futuro como un claro ejemplo de lo que no se debe hacer en política. Un sinsentido que, a su juicio, estuvo salpicado de episodios «estrafalarios» como la visita del entonces presidente en funciones de la Generalitat a Moscú y a Bruselas. «Faltó responsabilidad y prudencia», sentenció Rajoy, que acusó a Mas de «traicionar» al Gobierno central, que le había prestado todo su apoyo para solventar la falta de liquidez de la Generalitat, y al PP catalán, que permitió sacar adelante sus medidas de ajuste en el Parlament.
Con los principales periódicos europeos enfatizando la derrota de Mas en las urnas, Rajoy abogó por mirar al futuro. Lo primero, a su juicio, es que Cataluña apruebe sus presupuestos generales para 2013 con la proa puesta en el objetivo de déficit. España, destacó Rajoy, necesita enviar a Bruselas una fotografía final con todas las comunidades autónomas unidas en la austeridad.
El presidente del Gobierno prometió que se mantendrá en el mismo lugar que antes de las elecciones, es decir, que seguirá prestando ayuda económica e institucional a Cataluña, como al resto de comunidades autónomas.
Rectificaciones
Más difícil lo tiene CiU si quiere volver a contar con el beneplácito del PP catalán. Su jefa de filas, Alicia Sánchez Camacho, puso duras condiciones para poder restablecer las alianzas puntuales -los 50 parlamentarios de CiU y los 19 del PP conforman una clara mayoría absoluta- que permitieron a los nacionalistas catalanes sacar adelante sus proyectos en el Parlament con el apoyo de los populares. La principal, «una rectificación total» de sus planes soberanistas, comenzando por desterrar la idea de convocar «un referéndum ilegal».
Sánchez Camacho, además, reclamó a CiU que no pacte con los independentisas de ERC, liderados por Oriol Junqueras, para evitar que la próxima legislatura se convierta en una nueva carrera soberanista. «Eso sería errar en el mensaje que han dado los catalanes en las urnas», remachó.