FÚTBOL

Mourinho desvía el tiro

El técnico luso se jacta de no buscar excusas pero evita hablar de fútbol y se queja del calendario, los árbitros y de que se siente solo en el club cuando se trata de alzar la voz contra el sistema

MADRID Actualizado: Guardar
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Jornada de reflexión en el Real Madrid tras sufrir en el Benito Villamarín la quinta derrota de la temporada, las mismas de todo el curso pasado, cuando apenas se llevan disputados tres meses de competición oficial. Un choque ante el rehabilitado Betis que vuelve a poner en el punto de mira a José Mourinho, si bien el técnico portugués trata de desviar el foco hacia asuntos como los árbitros, el calendario, las aficiones, los jugadores o la falta de una persona de su absoluta confianza en el Real Madrid que salga a la palestra para poner el grito en el cielo cada vez que el club se siente perjudicado por factores externos.

‘Mou’, a quien Guardiola calificó en su día como el amo de las salas de prensa, ha logrado una vez más que se hable más de líos y de polémicas que del fútbol ramplón que practica el equipo. Acabado el choque que puso la Liga en bandeja de plata para el Barcelona, el técnico no se refirió a las claves futbolísticas y desvió el discurso. El entrenador evitó explicar los motivos por los que el Madrid jugó ofuscado, desordenado, a pelotazos, sin criterio, con mucha distancia entre líneas y con Coentrao como principal recurso en el tramo final para meter balones al corazón del área.

Tampoco ‘Mou’ se refirió a los problemas de su equipo cuando no le dejan desplegar su letal contragolpe y se ve obligado a llevar la iniciativa, tener el balón y buscar espacios a través de la combinación, el desborde, la estrategia y el engaño. No se le cuestionó por la falta de chispa de sus jugadores, sobre todo en relación con el ejercicio pasado, y por la escasa utilización que hace de su fondo de armario. Su falta de fe en Özil, al que volvió a señalar al sustituirle en el descanso, quedó huérfana de argumentaciones en el post partido. El problema reside en que Modric y Kaká tampoco mejoraron las prestaciones del alemán.

La clave de Pepe Mel

De forma involuntaria, Pepe Mel, técnico bético, echó más leña en el fuego al revelar que su secreto a la hora de plantear el partido fue emplear el mismo sistema que utiliza el Real Madrid:_esperar atrás, presionar y salir al contragolpe. Una táctica muy meritoria para el Betis pero de equipo humilde, pequeño, no del campeón con el alto nivel de exigencia que siempre reclamó la afición merengue.

Después de ganar la Copa del Rey, la Liga y la Supercopa en los poco más de dos años que lleva Mourinho en el Real Madrid, esta tercera temporada debería ser la de consolidación del equipo blanco en España, y la de la ansiada ‘décima’ Copa de Europa. Sin embargo, el equipo blanco ha comenzado este curso sembrando zozobra, aunque dispone de tiempo de sobra para llevar la nave a puerto. Llaman la atención tantas derrotas como en los nueve meses estelares del año pasado, que terminó con el Madrid como campeón de Liga batiendo varios récords. Mantener ese nivel era harto complicado, pero los números evidencian un mal momento.

Antes de este último tropiezo, el Real Madrid ya había perdido ante el Barcelona, en Supercopa, el Getafe y el Sevilla, en Liga, y el Borussia Dortmund, en ‘Champions’. Y bien podrían haber sido dos derrotas más en su haber si no llega a ser por los goles en las postrimerías de Cristiano ante el Manchester City, y de Özil ante el Borussia Dortmund. A estas mismas alturas de la competición el año pasado, este mismo Madrid, sin Modric, solo llevaba dos derrotas:_ante el Barcelona, en la Supercopa, y contra el Levante, en Liga. Posteriormente llegarían los tropiezos ante el Barcelona, en Liga y en Copa, más la derrota en el Allianz Arena ante el Bayern de Múnich, ya en el mes de mayo.

El ‘Mou’ actor

Sus detractores argumentan que Mourinho ejerció de actor tras la última derrota al salir al campo para felicitar, uno a uno, a los jugadores del Betis y aplaudir a la afición heliopolitana. «Los béticos se dejaron todo lo que tenían y lucharon con espíritu de sacrificio enorme. Ellos no tienen culpa ni del gol mal anulado a Benzema, ni del claro penalti no señalado», explicó el luso. Aunque dejó sentado que él nunca pone excusas, recurrió al árbitro y criticó de forma implícita a sus futbolistas y a la fría afición blanca, que le apoya con mayoría simple, no ya absoluta. De no ser por la fama, sus altísimos emolumentos y la duración de su contrato renovado hasta 2016, otro técnico cualquiera, no ya solo el chileno Pellegrini, sería cuestionado por dejarse la Liga a jirones y completar una discreta fase de grupos en Europa.

Criticó el calendario, a su juicio manejado por el Barcelona, aunque no lo dice abiertamente. «Es obvio, y puede que sea solo yo el que lo vea, que el que juega el miércoles no debería hacerlo el sábado», insistió sin recordar que el Málaga jugó en San Petersburgo el mismo día que los blancos en Manchester y tres días después le endosaron una goleada al Valencia. «Pero hay quien controla los calendarios y quien no. Aquí solo hablo yo, como después del partido ante el City. Por eso siempre soy el malo», añadió. Quejas de un hombre con absoluto control en el Madrid. Tanto que se cargó a Valdano, que Florentino Pérez le fichó este verano a Modric, que se convirtió en mánager general y que el sábado decidió que los jugadores no hablasen hasta que él les diera el argumentario en el vestuario del Villamarín. Logró que hasta Miguel Pardeza, el director deportivo, se lamentara del gol mal anulado y el penalti. Lo hizo a su manera, con educación y mesura.