Sociedad

Rojas Marcos: «No está bien visto hablar de la felicidad»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Frisaba el cuarto de siglo de vida cuando se dejó guiar por su instinto y abandonó su Sevilla natal para instalarse en Nueva York, donde «se presume de ser feliz», asegura Luis Rojas Marcos, que lamenta que en España «no esté bien visto hablar de la felicidad», sobre todo en situaciones de crisis como esta. El prestigioso psiquiatra entiende que reconocer estar satisfecho con la vida «te puede hacer pasar por una persona insensible con todo lo que te rodea», aunque la mayoría de la población occidental es razonablemente feliz pese a la actual situación financiera». Un verdadero canto al optimismo que plasma en su última obra, 'Secretos de la felicidad' (Espasa). El libro engloba curiosidades y datos sobre la satisfacción con la vida en general, aunque no da la fórmula para conseguirla, fundamentalmente porque «no existe». «Las personas tenemos, consciente o inconscientemente, una gran capacidad para darle a la vida un matiz positivo» en gran parte gracias a los 'protectores' de la felicidad que tenemos programados en nuestros genes. Uno de los mejores aliados con los que contamos es la capacidad de diversificar, para no poner toda nuestra felicidad en una misma parcela, aunque igual de relevantes son las relaciones personales, el pensamiento positivo y la memoria, que «es un órgano programado para olvidar lo malo», una acción que ayuda a recobrar la satisfacción con la vida, «a perdonarnos a nosotros mismos, a perdonar a los demás, a no culparnos».

Los recuerdos que se guardan revelan mucho sobre el nivel de satisfacción con la vida, mientras que el olvido es una cualidad muy útil para vivir, especialmente al resolver conflictos de convivencia.

Se atreve también a poner nombre al verdugo de la felicidad: la depresión. «Nos daña la autoestima y la confianza en uno mismo, impregna de negatividad y de remordimientos la perspectiva del ayer y roba la esperanza en el mañana». También vivir en un estado de miedo continuado, lo que se conoce como ansiedad, así como eldolor crónico, son otros obstáculos a tener en cuenta.