Rajoy, más preocupado por la cumbre de diciembre con vistas al rescate

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado que dará «su» batalla en la negociación del presupuesto de la Unión Europea para los años 2014 a 2020, pero también ha confesado que lo que de verdad le inquieta no es sacar las cuentas comunitarias adelante en este primer intento, sino los avances en la construcción europea -unión fiscal, unión bancaria-, que los líderes sean capaces de conseguir en la cita de diciembre, cuando España se juega mucho, incluso la petición de un segundo rescate.

Sería bueno para la imagen de Europa, pero también insólito, según evocó Rajoy, que el presupuesto plurianual de la UE se aprobara «a la primera». Hay tiempo, porque se empezará a aplicar dentro de más de un año, y el presidente incluso sugirió ver las cosas desde todas las ópticas. «Si el presupuesto baja, también España paga menos», observó. «Lo que importa es que sea razonable y equilibrado».

Sin la urgencia ni la necesidad de liderar confrontación -otros lo harán por él-, Rajoy dedicó las primeras horas de su estancia en Bruselas al encuentro con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y a sucesivas conversaciones bilaterales con la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés François Hollande, el primer ministro italiano Mario Monti y el jefe del Gobierno portugués Pedro Passos Coelho. España trata de sacar partido de la coincidencia de intereses para la defensa de las causas que enumeró Mariano Rajoy: «Me preocupan nuestros agricultores, y que puedan seguir creciendo mucho las exportaciones del sector agroalimentario, así como las ayudas a la cohesión, a los ultraperiféricos y a Ceuta y Melilla».

Transición

Con las cifras presupuestarias ahora sobre la mesa, Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia, que ya han superado el 75% de la renta media europea pero no alcanzan el 90%, seguirán recibiendo ayudas para lo que se considera un periodo de transición, pero su importe puede quedar reducido al 57% de la cantidad que cobraron entre los años 2007 y 2013. Se teme igualmente un recorte en las asignaciones a Canarias y a Ceuta y Melilla. Y se quiere pedir una asignación especial para Murcia.

El Gobierno de Mariano Rajoy quiere que se tome en cuenta que durante los ejercicios utilizados para medir la renta de los países, los años 2007 a 2009, España no había entrado todavía en la fase dura de la recesión. El PIB experimentó incluso un repunte en 2010, para sumirse después en lo más profundo de la crisis.

Si los números se ajustan bien, y puesto que hay muchos factores en juego, podría repetirse el caso de las cuentas plurianuales del periodo anterior. Entonces se pensó que al final del periodo España ingresaría en la lista de los contribuyentes netos. Estuvo a punto de ocurrir en 2009, cuando el saldo entre aportaciones y transferencias se quedó en 129 millones de euros.

Pero las sostenidas transferencias agrarias y también el declive económico -que ha reducido la aportación nacional por renta- lo han evitado. En todos los años, el saldo ha sido favorable para España. Para 2013, Hacienda ha contabilizado unas entradas netas de 1.384 millones, apenas 500 millones menos de los que se obtendrán -a falta de la liquidación definitiva- este mismo año.