Consecuencias del derrumbe del PSOE
Las luchas internas del primer partido de la oposición en la Diputación pueden salpicar a los ciudadanos por las repercusiones que tendrían las expulsiones
Actualizado:Hasta ahora, los ciudadanos observaban con una mezcla de preocupación, incomprensión e indiferencia las eternas disputas del PSOE en la provincia de Cádiz. Los más despegados de la información política, los que carecen de simpatías por ningún partido y los más sensatos tenían argumentos para pensar que los socialistas estaban haciendo público su enésimo suicidio electoral, que se estaban alejando de los votantes y perdiendo el tiempo con sus peleas por cargos, control de dinero institucional y nombramiento de asesores. Poco se les puede discutir a los que mantuvieran esas percepciones. Pero la última batalla amenaza con tener repercusiones más allá de los límites de la propia organización y sus resultados. La rebelión de seis diputados provinciales (que son igualmente concejales, líderes de oposición local y, en un caso, alcaldes) puede llegar a tener consecuencias en distintos ayuntamientos de la provincia y, por tanto, en los ciudadanos.
Una vez que la dirección regional ha confirmado que abre expediente de expulsión a esa media docena de representantes por oponerse, de forma reiterada, a que haya un relevo en la portavocía, el conflicto salta del PSOE para convertirse en institucional, no en orgánico.
Muchas explicaciones tendrá que dar el PSOE si la mitad de sus diputados provinciales se quedan sin adscripción y pasan a un teórico grupo mixto. Igual suerte correrían el líder de la oposición en Chiclana, por ejemplo, y la alcaldesa de La Línea, por citar dos de los casos más graves.
Son palabras mayores.