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Economia

Pulso Norte-Sur por el Presupuesto de la Unión Europea

Berlín y Londres acuden a la cumbre de hoy decididos a imponer una poda de 80.000 millones en las cuentas comunitarias

IÑAKI CASTRO CORRESPONSAL
BRUSELAS.Actualizado:

Los Veintisiete inician hoy un nuevo maratón de negociaciones para intentar pactar el presupuesto plurianual del bloque del periodo 2014-2020. La cumbre de presidentes, que podría prolongarse durante el fin de semana, se presenta como un pulso entre el Norte y el Sur del continente por los recortes previstos en las cuentas. El bando encabezado por Alemania y Reino Unido exige que los fondos europeos reflejen con la máxima fidelidad la misma austeridad que se aplica a escala nacional. Los socios mediterráneos -Francia, España e Italia, principalmente- reconocen la necesidad de contener el gasto, pero abogan por amortiguar un tijeretazo que podría superar los 80.000 millones.

El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, llevará la manija de las negociaciones durante toda la cumbre. En principio, está previsto que se reúna bilateralmente con todos los jefes de Gobierno antes de distribuir una nueva propuesta presupuestaria en la cena de esta noche. Hasta ahora, los socios se han manejado fundamentalmente con dos planteamientos. El más ambicioso fue presentado hace unos meses por el líder de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. Concebidas como una palanca para el crecimiento, las cuentas elaboradas por el exprimer ministro portugués rebasan el billón de euros y buscan convertirse en una alternativa a las estrecheces que padecen la mayoría de los socios.

Van Rompuy rubricó la segunda propuesta que los Veintisiete debaten desde hace varias semanas. A diferencia de Barroso, el político belga optó por meter la tijera para dar ejemplo. A su juicio, resulta inevitable que el presupuesto sufra recortes por primera vez en su historia ante el clima de austeridad reinante en el continente. El ajuste implica una reducción de fondos de 80.000 millones con respecto al planteamiento de la Comisión, aunque esta cifra baja a 20.000 si se compara con el montante total de las cuentas todavía en vigor (2007-13). El líder comunitario concentra la poda en la Política Agraria Común (PAC) y en los fondos de cohesión, los dos capítulos más voluminosos del presupuesto.

Tras examinar en detalle los cálculos de Barroso y de Van Rompuy, los socios se han ido alineado progresivamente. Al Norte del continente, los gobiernos sintonizan con las tesis del exprimer ministro belga, aunque consideran que todavía se requiere un esfuerzo mayor.

Este grupo engloba principalmente a los contribuyentes netos, los países que aportan al presupuesto más de lo que reciben. Reino Unido, Alemania, Holanda o Suecia serían los miembros más prominentes de este club. Londres se erige una vez más en el negociador más agresivo y no descarta recurrir al veto si sus exigencias no se cumplen. David Cameron pide un tijeretazo profundo y el mantenimiento del 'cheque británico', la compensación anual que fue obtenida por Margaret Thatcher en 1984. El frente mediterráneo no presenta una posición tan monolítica como la de sus vecinos septentrionales. Francia, España e Italia están más cerca de la Comisión, aunque reconocen la importancia de frenar el gasto progresivamente. París, Madrid y Roma coinciden en su defensa de la PAC, una alianza que el Gobierno de Hollande abandona a la hora luchar por los fondos de cohesión. En este capítulo, sin embargo, intervienen los socios de la antigua órbita comunista. Todos ellos exigen en bloque el respeto a las ayudas regionales. Mariano Rajoy ya ha tendido puentes con estas capitales, pero descarta recurrir al veto al estilo británico.

Posturas alejadas

Habrá que esperar a la nueva propuesta de Van Rompuy, aunque cuesta vislumbrar un acuerdo. En lugar de mitigar los recortes, el líder europeo parece dispuesto a darles una segunda vuelta de tuerca para contentar a los contribuyentes netos. Se habla de que podría extender sus ajustes a las infraestructuras y a los funcionarios. Angela Merkel, a la que se le ve decidida a reforzar su apuesta por la austeridad, admitió ayer que las posturas están alejadas y no descartó otra cumbre a principios de año para buscar un pacto.