La humareda de Jerez
La ciudad más poblada de la provincia vive una situación cercana al caos que demuestra la quiebra que puede provocar una pésima gestión de décadas
Actualizado: GuardarArde Jerez. Podría parecer una expresión exagerada, fruto del periodismo más sensacionalista, extrema y brutal, pero los datos dicen que en la madrugada del martes hubo más de 40 incendios de montones de basura en las calles y, anoche, la situación comenzaba peor. Estas llamas son el elemento más visible de una situación larga, prolongada en el tiempo, que ni siquiera comienza con la vigente huelga de basuras, ni siquiera con los problemas para pagar las nóminas y el posterior ERE en la administración municipal. La situación que vive la ciudad más poblada de la provincia arranca de años atrás, de los gobiernos municipales que precedieron al actual y que llevaron a cabo una gestión que ha provocado una situación cercana a la quiebra, al caos. Pocas localidades de España representan actualmente la situación de ira y desconcierto que viven cientos de miles de españoles con mayor fidelidad que Jerez. La cantidad de desperdicios, el hedor y la presencia de ratas se ha tornado insoportable. La fractura en un servicio fundamental como el de la limpieza deja a las claras las dificultades del gobierno local para encauzar el solar que le dejaron los anteriores.
Jerez, con sus montones de bolsas convertidas en hogueras, con sus contenedores derretidos, es el símbolo del deterioro al que pueden llegar las administraciones cuando sostienen durante años una política de gastos imprudente, cuando yerran en las prioridades de la inversión y los pagos. Viendo las calles de Jerez arder, pocos pueden defender que el desagradecido y complejo equilibrio financiero de las arcas públicas no es una prioridad innegociable.