Jóvenes abogados (tasados)
Actualizado:El pasado viernes se produjo un importantísimo y fundamental evento para la provincia de Cádiz. No fue la Cumbre Iberoamericana. Ni la inauguración de los monumentos que tanta polémica han causado. Al fin se creó la Asociación de Jóvenes Abogados (AJA) dentro del Colegio de Abogados de Cádiz. El proyecto, impulsado por el Decano José Manuel Jareño desde hace años, ha tenido por fin su génesis con la suscripción de (casi) cien letrados, que abarrotaron la sala de congresos de la sede de la calle Tamarindos. La AJA ha venido a nacer en el que sin duda es el peor momento de la Justicia, y por ende, de la abogacía. Es necesaria la valentía y arrojo que los jóvenes letrados tienen por razón de su hambre profesional y su energía para que ejerzan no sólo de ‘sindicato’ de la Junta de Gobierno (Jareño dixit) sino para que el colegiado novel, mareado por la Ley Ómnibus y el infinito pago de cuotas colegiales, mutualidades abogaciles y alquileres, se vea representado y amparado.
Se reunían los jóvenes letrados a la hora culmen de la Cumbre Iberoamericana y existía mucha tensión en sus rostros. Allí se encontraba la primera Junta Directiva provisional de la asociación, encabezada por su Presidente, Daniel de las Peñas; el secretario, Eduardo Sánchez Crespo y su magnífico tesorero, Santiago Rodríguez-Villamil, amigo desde hace años, quién me pidió que los acompañara en un momento tan importante como abogado joven que aún soy (¡Quién lo diría!). Me agradó que la Junta se compusiera de compañeros de toda la provincia, desde la capital a San Fernando o Vejer, porque considero importantes la descentralización del colegio y de su “sindicato” juvenil.
Sin embargo, la tensión se convirtió en miedo cuando empezó a hablarse de la reciente aprobación del proyecto de ley que modifica las tasas judiciales, ampliando su pago a las personas físicas. Muchos de los abogados allí presentes manifestaban su temor a la pérdida exponencial de sus pocos clientes pues, ahora, al presentar una demanda, habrán de pagar abogado, procurador y tasa judicial, que es bastante alta, además. No sé si el Ministro Gallardón ha vendido su alma al diablo o si las arcas estatales encuentran más telarañas de las que nos han dicho, pero cuando jueces, abogados, procuradores y fiscales estamos de acuerdo al unísono, algo va mal. El Presidente Rajoy, acusado de pusilánime por amigos y enemigos, debe atender las quejas de quienes integran la administración de justicia, antes de que los suicidios de desahuciados sean continuados por los suicidios de abogados, exánimes, con sus mesas yermas de expedientes y con demasiadas cargas que afrontar.
Por eso es tan importante la AJA, porque ahora, más que nunca, el Colegio de Abogados de Cádiz va a necesitar de la alegría de estos jóvenes abogados (tasados) que crecieron con el recordado Miliki y su circo, para afrontar la época de tristeza y depresión social que sobreviene, donde el problema no será ya si el juez acierta o se equivoca sentenciando, sino si se tiene el dinero para posibilitar su fallo.