El inmueble donde convivía la pareja y donde se hallaron los restos de la mujer. :: ANA F. BARREDO / EFE
ESPAÑA

Descuartiza a su pareja en León y mete los trozos en una maleta

«Iba borracho y me volví loco», confesó el autor del crimen tras entregarse a la Policía en A Coruña

VALLADOLID. Actualizado: Guardar
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Se conocieron en un comedor de Cáritas de la localidad leonesa de Bembibre hace un año. Él, portugués de 53 años, acaba de llegar al pueblo y ella, española de 42, lo recibió con los brazos abiertos. Ambos vivían en la más absoluta precariedad. Su casa era un antiguo chamizo de un lavadero de carbón. Allí malvivían y en el pueblo eran conocidos por pedir en las puertas de supermercados y bancos. Este era su único medio de vida conocido.

En ese ambiente de exclusión social la Policía Judicial investiga las circunstancias que llevaron a Manuel dos Anjos a asesinar a Rosa del Mar Jiménez. Fue la madrugada del domingo al lunes. Primero la acuchilló, luego la descuartizó y finalmente metió los trozos en varias maletas que dejó en un cobertizo. Todo muy macabro. Luego cogió un autobús y se fue a A Coruña, donde el lunes confesó el crimen en una comisaría.

Manuel declaró a la policía que discutió con su pareja. Él estaba «muy borracho», se acostó y la mujer apareció con un cuchillo. Se lo arrebató y se lo clavó en el cuello. Ahí se volvió «loco», la descuartizó y huyó hasta la capital gallega, donde vivió hasta hace tres años, según informaron fuentes de la investigación.

El alcalde de Bembibre, localidad de 10.000 habitantes próxima a Ponferrada, señaló que ella «solía recibir a los transeúntes que se acercaban al pueblo y acogerlos en su casa». Era natural de Ceuta, llegó al pueblo a principios de los noventa y tenía tres hijos de otras parejas, que se encontraban en casas de acogida de la Junta de Castilla y León.

Su perfil de «anfitriona» de los mendigos pudo ser también un motivo de «celos» por parte de su compañero sentimental. Aunque la Subdelegación del Gobierno informó que no había denuncias previas por malos tratos, algunos compañeros de la víctima señalaron que Manuel «la pegaba». «Hablaban de irse a vivir a Málaga», añadió un compañero, extrañado de que una persona con la que, en ocasiones, había compartido «porros y kalimocho», pudiera descuartizar a una mujer y dejar los restos en maletas abandonadas. «Estaba en el filo de la navaja, con cierto nivel de conflictividad, pero nadie podía pensar que iba a tener consecuencias para ella tan catastróficas», apostilló el alcalde José Manuel Otero. «No parecía -añadió el primer edil- una persona agresiva, pero los hechos están ahí». El juzgado de guardia de A Coruña ordenó el traslado a un juzgado de Léon del autor confeso de este crimen. Los restos de la mujer, encontrados en una maleta, fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense del Hospital del Bierzo para su identificación y realización de la autopsia.

43 mujeres

Con el asesinato de Rosa del Mar ya son 43 las mujeres muertas a manos de su pareja en lo que va de año. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, condenó ayer este nuevo asesinato. La ministra reiteró su llamamiento a denunciar todas las situaciones de malos tratos, algo que no corresponde a las mujeres que sufren, sino que debe ser tarea de toda la sociedad para «romper el silencio cómplice» de la violencia de género. Además, abundó en la necesidad de reforzar la protección a las víctimas de violencia de género, tal y como se contempla en la reforma del Código Penal.

La secretaria de Igualdad del PSOE, Purificación Causapié, también lamentó este crimen. «Es fundamental que se mantengan y se impulsen planes de fomento del empleo femenino, que se garanticen los derechos de las mujeres, que son imprescindibles para mantener la convivencia en igualdad», indicó Causapié.