![](/cadiz/prensa/noticias/201211/21/fotos/5701467.jpg)
«La avalancha se estaba fraguando y Seguriber no lo impidió»
El organizador de la fiesta del Madrid Arena culpa a la empresa de seguridad contratada por el Ayuntamiento y a la Policía Local
Actualizado: Guardar«La avalancha se estaba fraguando. Yo avisé al jefe de Seguriber de que cientos de personas estaban de 'botellón' fuera del recinto e iban a entrar sin entrada, pero no lo impidieron». Miguel Ángel Flores, responsable de la empresa 'Diviertt', organizadora de la macrofiesta del Madrid Arena que acabó con la muerte de cuatro jóvenes, declaró ayer ante el juez que investiga la tragedia. El imputado quedó en libertad, pero debe comparecer ante el juzgado dos veces al mes.
Flores echó balones fuera sobre sus supuesta responsabilidad penal en las causas del siniestro y repartió culpas a partes iguales entre Seguriber, la empresa de seguridad que contrató el Ayuntamiento para vigilar el recinto, y la Policía Local de Madrid por permitir el 'botellón' en las inmediaciones del pabellón.
Según declaró, esta reunión de cientos de jóvenes en un parking anexo, al que se accedía previo pago de diez euros por vehículo, originó la posterior avalancha en el interior del Madrid Arena. La razón es que «los 3.000 ó 4.000 jóvenes que estaban allí» se saltaron los controles y accedieron «en masa» sin entrada hacia las tres de la madrugada, justo cuando comenzaba el concierto estrella a cargo del DJ estadounidense Steve Aoki.
El empresario alegó que los vigilantes de Seguriber eran los encargados de controlar esta muchedumbre que colapsó los accesos al pabellón y provocaron el tapón en las bocanas de acceso a la pista principal, en uno de las cuales se produjo el fatal aplastamiento de las jóvenes.
Como prueba de descargo, presentó una serie de documentos en los que asegura que Seguriber era responsable de la seguridad tanto en el exterior como en el interior del recinto por encargo de su contratista, Madrid Espacio y Congresos, la empresa pública presidida por Pedro Calvo, el exconcejal del Ayuntamiento que dimitió del cargo tras conocer su imputación, aunque no ha dejado el acta de edil.
«La seguridad no se negoció»
A preguntas del fiscal, Flores señaló que ningún documento acredita que el consistorio le dio potestad para supervisar la seguridad del Madrid Arena. Argumentó que Diviertt contrató a Kontrol 34 para dar servicio a la macrofiesta, como controlar las entradas o el guardarropa, pero que no trató de vigilar los accesos al recinto o las bocanas de entrada a la pista central, «algo que le competía a Seguriber». «Este servicio lo contrata el ayuntamiento y no es negociable», sentenció Flores, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio.
El empresario, visiblemente afectado, recordó que Kontrol 34 no es una compañía de seguridad, según el registro del Ministerio del Interior, y aclaró que su única relación contractual con Madrid, Espacios y Congresos es el alquiler del recinto, que costó unos 6.000 euros.
Sobre la supuesta negligencia en el exceso de aforo, incidió en que se vendieron 9.650 entradas y admitió que pudo haber «alguna» duplicidad. Sin embargo, señaló que todo se descontroló cuando a las tres de la madrugada la marabunta se saltó el control, donde solo había dos personas para el control, y entró al recinto. El abogado de Katia Esteban, una de las fallecidas, aseguró que pudo haber unas 15.000 personas, un tercio más de lo permitido.
El representante legal de Kontrol 34 declarará hoy en calidad de imputado. La compañía sostiene que Madrid Espacios y Congresos incluyó en el contrato con Diviertt que «el tema de seguridad» lo llevaría a cabo Seguriber.