EL PODER DE LA CONFIANZA

Tan fácil es caer en un agujero como rozar la gloria en este mundillo tan simple como enrevesado como es el fútbol. El ejemplo lo tenemos muy cerca y entre los dos casos solamente hay diez kilómetros de distancia.

El Cádiz no levanta cabeza y va de tropiezo en tropiezo, lo que está haciendo mella en la moral, los ánimos y la confianza tanto de los jugadores como de los técnicos y los directivos. Un proyecto confeccionado para aspirar a todo, con un respaldo económico importante detrás, que no está funcionando porque los errores, las circunstancias, la presión y todos los condimentos que se quieran añadir lo están imposibilitando.

La situación ha llegado a tal punto que el grupo empieza a resquebrajarse, hay salidas de tono como la de Aulestia ayer y, sobre todo, está afectando a la autoestima. Se ha perdido la confianza en uno mismo y en el compañero que está al lado, así como en el trabajo que se está haciendo.

Sin embargo, en la localidad vecina, con un proyecto humilde y limitado en lo económico pero levantado a base de horas de trabajo, esa confianza está haciendo que el equipo esté haciendo historia. Se han engarzado cuatro victorias consecutivas, producto del trabajo pero, sobre todo, de la autoestima que mueve al grupo y que lo hace volar en los partidos.

Tanto que hasta un jugador como Rodiel, que no estaba participando en las convocatorias y que salió para jugar los minutos 'de la basura' fue quien resolvió el partido ante el San Roque. Una situación parecida vivió Vergara contra a Roda y su actuación pasó desapercibida.

Son dos ejemplos que hacen ver que en el fútbol, en esta categoría tan igualada, se consigue más cuando un grupo está bien armado y seguro de sí mismo y de lo que hace. Es el poder que da la confianza.