Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Leo Messi celebra uno de sus dos goles en Moscú. / Ap
FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

El Barça se pone serio en Rusia

Solidez defensiva, efectividad, gran Messi y el pase a octavos de final, certificado

P.RÍOS
MOSCÚActualizado:

El Barça necesitaba ofrecer su mejor versión en Moscú para vivir una plácida última jornada de la liguilla ante el Benfica, con el pase a octavos de final en el bolsillo. Y consciente de lo que había en juego, en tierras rusas se vio al equipo más serio de la temporada: sólido en defensa, agresivo en la presión y efectivo ante portería. El 0-3 refleja la superioridad azulgrana en un partido en el que sobró la segunda parte. Alves y Messi, que con dos goles se coloca con 80, a cinco de los 85 de Gerd Müller en un año natural, sentenciaron.

Los planteamientos iniciales de Tito Vilanova y Unai Emery no sorprendieron a nadie. En el once del Barça no estaba Villa, pero era previsible que el entrenador azulgrana apostara por un centrocampista más, aunque disfrazado de falso extremo zurdo, como Iniesta. Tuvo algo de decisión política, pues en las rotaciones en la media comenzaban a surgir las suspicacias entre los entornos de Xavi, Cesc e Iniesta. En Moscú, los tres titulares. Y ahora que se queje Villa... En cualquier caso, la filosofía de siempre: posesión, búsqueda de los pasillos interiores y gran ocasión de Pedro en el 11', que no pudo batir a Dykan a bocajarro tras romper por el centro.

El Spartak se mentalizó para defender con fiereza y salir a la contra con un fútbol directo conducido por un activo Jurado, por lo menos de salida. Y tuvo muy claro que debía aprovechar uno de los puntos débiles del Barça: la defensa a balón parado. De esas dos formas dio dos sustos iniciales con remates de Ari (7') y Kallstrom (13') que se marcharon a las nubes pese su posición inmejorable.

Mostradas las cartas, falladas las respectivas ocasiones, el partido se rompió de una forma inesperada: Alves cazó un balón suelto al borde del área tras varios rebotes y lo clavó raso junto a un poste. Y con el 0-1 en el minuto 16 llegó el festival del Barça. Con el marcador a favor y el rival más abierto, lo que no pasó

Todavía tuvo el Spartak una ocasión de volver a meterse en el partido, pero el central Suchy remató alto tras incorporarse al ataque. Acto seguido, en el 27', gran jugada de Iniesta por la izquierda, Dykan desvió su disparo y Messi aprovechó el rechace con la pierna derecha y con cierta fortuna. Para quitarse el mal sabor de un 0-2 tan feo, poco habitual en el argentino, en el 39' se desmarcó para recoger un gran servicio de Pedro, driblar al portero del Spartak y marcar a portería vacía el 0-3. El equipo ruso, totalmente superado, sólo reaccionó con otro disparo muy desviado de Emenike y pidió el descanso para evitar un estropicio mayor.

La segunda parte pasaba a ser un examen para la seguridad defensiva del Barça, que esta temporada se ha complicado la vida en varios partidos que parecían sentenciados. Un par de pérdidas de balón de Busquets y Piqué resucitaron ese fantasma y hasta Valdés tuvo que intervenir por primera vez en el 50' para interceptar un pase lateral de Kirill Kombarov.

Pero el Barça volvió a poner la directa con presión adelantada, robos y paredes vertiginosas. Cesc y Pedro, sin gol en el Barça desde agosto, perdonaron el 0-4, pero dejaron claro al Spartak quien era el dueño del partido.

Emery apenas pudo mejorar nada con la entrada de Welliton y Ananidze, como mucho mejoró la presión a la salida de balón del Barça para que el resultado no fuera escandaloso, aunque Messi, Iniesta y Pedro pudieron hacer que lo fuera. Al final entró Deulofeu, la joya del futuro, señal de que estaba todo resuelto. Apenas tuvo balones