Economia

El talón de Aquiles de Merkel, sus cajas

Alemania mantiene bajo llave la situación real de su intrincada red de 2.000 entidades

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Durante meses, Alemania ha conseguido desviar la atención de los problemas de sus bancos estatales y cajas de ahorros regionales. Con la zona euro inmersa en una crisis de deuda soberana, Alemania ha logrado desviar el foco de atención lejos de sus fronteras y de sus balances financieros. Pero la deseada unión bancaria, que se sustenta en tres pilares -un supervisor europeo, un fondo de garantía de depósitos integrado y un mecanismo continental de resolución de crisis de entidades-, parece no convencer a los alemanes.

Tras un largo tira y afloja, la canciller Angela Merkel consiguió ganar tiempo y todo apunta a que la puesta en marcha del supervisor bancario, que acarrearía la recapitalización directa de los bancos que imploran España, Italia e Irlanda, no se producirá hasta 2014. Es decir, después de que pasen las elecciones generales en Alemania.

¿Por qué se opone Berlín a que un supervisor europeo controle los 6.000 bancos de los 17 países del euro? ¿Tiene algo que esconder? Su insistencia en que el organismo se centre solo en las instituciones bancarias de gran tamaño ha sacado a la luz su secreto mejor guardado: los problemas de sus cajas de ahorros y bancos estatales.

Las dificultades ya se intuyeron cuando Alemania solo permitió examinar a 11 de sus casi 2.000 entidades en las pruebas de estrés organizadas por la Autoridad Bancaria Europea en 2011. Solo se presentaron las que podían aprobar y alguna Helaba, de los estados de Hessen y Turingia, llegó a retirarse un día antes de que salieran los resultados para evitar un suspenso.

Según la Comisión Europea, desde que comenzó la crisis financiera Alemania ha concedido ayudas en forma de capital o avales por valor de 252.000 millones. Para estabilizar el sector bancario, en octubre de 2008 el Gobierno creó el Fondo especial para la estabilización de los mercados financieros (SoFFin), vigente hasta finales de 2014.

El primero en acudir al fondo fue el banco hipotecario Hypo Real Estate, que acabó nacionalizado tras recibir 15.000 millones. A él le seguirían los bancos estatales Bayern LB y HSH Nordbank, que solicitaron garantías por valor de 5.000 y 17.000 millones, respectivamente.

La sorpresa llegó cuando el segundo banco de Alemania, el Commerzbank, tuvo que acudir en noviembre de 2008 al fondo porque gran parte de sus activos eran hipotecas 'subprime'. Recibió 16.200 millones. A cambio, el estado pasó a tener una participación del 25% más una acción en la entidad, lo que le convirtió en mayoritario.

Si se deja de lado ese banco privado, el principal problema alemán es la deuda de sus cajas (Sparkassen) y bancos estatales (Landesbanken). El sistema alemán se sustenta en tres pilares: bancos privados, bancos de derecho público y cooperativas de ahorro y crédito.

Los tres pilares

En el primero se engloban los 280 principales bancos como Deutsche Bank y Commerzbank. En el segundo están las 423 cajas de ahorros y siete bancos estatales de los länder, creados originariamente para ser los bancos centrales de las cajas de ahorro. El tercero consta de 1.200 bancos populares (Volksbanken) y cooperativos (Genossenschaftsbanken), que pertenecen a sus propios clientes. Sin contar las cooperativas, este entramado supone el 64% de los activos financieros del país.

Tanto las cajas como los bancos estatales se rigen por el principio regional. Significa que solo actúan en su zona y nunca compiten contra otra caja, aunque sí contra bancos comerciales y cooperativos. Son instituciones de derecho público creadas por municipios o provincias que actúan como garantes y solo pueden actuar donde estos tienen jurisdicción; en el caso de la Berliner Sparkasse, por ejemplo, su zona de actuación se limita a Berlín. Como cada länd tiene su propia ley de cajas, cada una se rige por la de su estado.

Los Landesbanken también son propiedad del estado federado y de las asociaciones regionales de cajas. Aunque fueron creados como bancos centrales de sus cajas, con el tiempo emprendieron inversiones de gran envergadura y operaciones internacionales, lo que les ha dejado en una situación complicada. Sus elevadas deudas han forzado algunas fusiones. Es el caso de Sachsen LB, ahora parte del Landesbank Baden-Württemberg.

Otros corrieron peor suerte y fueron disueltos, como WestLB. El BayernLB será privatizado al 100% antes de 2015. El HSH Norbank anunció la semana pasada que le va a costar a los estados de Hamburgo y Schleswig-Holstein 1.300 millones a partir de 2019. Hasta entonces asumirá él mismo las pérdidas, hasta 3.200 millones.

El FMI, en su último informe anual, volvió a recordar a Alemania la necesidad de cambiar su sistema bancario para liberarlo de «sus limitaciones territoriales» y reducir «influencias no comerciales» que constriñen su gestión. El FMI quiere que se abran al capital privadoSin embargo, a Alemania no le gusta que se metan en sus finanzas.