La guerrilla urbana irrumpe en las protestas
La Policía alerta de la eclosión de grupos radicales apolíticos en varios puntos de España con tácticas de 'kale borroka'
MADRID. Actualizado: GuardarLa noche del pasado miércoles se cruzó el Rubicón en la Plaza de Neptuno, en el corazón de Madrid. El grado de violencia desatada por grupos radicales en los alrededores del Congreso no tiene precedentes en la historia reciente de la capital de España. La organización y coordinación de los radicales sorprendió incluso a las fuerzas de seguridad, que ya esperaban incidentes en la concentración frente al Parlamento, pero no de esa envergadura.
Los servicios de información, no obstante, llevan meses alertando de la eclosión de un nuevo fenómeno en diferentes puntos de España a la sombra de la creciente conflictividad: grupos violentos, sin adscripción política y apenas jerarquía, sin contactos con los radicales vascos, pero que han comenzado a copiar tácticas de 'kale borroka' hasta ahora desconocidas fuera de las calles del País Vasco, Navarra y, en menor medida, Barcelona.
La operación policial horas después de la batalla campal en el centro de Madrid contra los 'Bukaneros', los ultras del Rayo Vallecano, da buena cuenta del grado de preparación de la revuelta: bengalas, cohetes, petardos de gran potencia, botes de humo, bates, tornillería, cascos, escudos... Nunca antes en Madrid, explican responsables policiales, se había incautado un arsenal tan completo diseñado para enfrentarse a las fuerzas de seguridad en algaradas de gran envergadura.
En Madrid, según la Brigada de Información, son cerca de 300 los jóvenes involucrados en los incidentes que se han sucedido y recrudecido en las últimas semanas. Pero el problema no es solo de la capital de España. La Policía ha detectado ya grupos igualmente organizados y violentos en ciudades como Valencia, Granada, Valladolid, Zaragoza, Pamplona y algunos puntos de Asturias. Las estimaciones policiales ya hablan de «varios miles» de nuevos activistas violentos dispersos por la geografía nacional.
Perfiles
Según los informes policiales, todas estas células tienen puntos en común. Por seguridad, solo actúan en concentraciones multitudinarias, de modo que ahora, con la crisis, han encontrado el caldo de cultivo perfecto. Son grupos de muy reciente creación, en algunos casos solo de meses. Nacen de forma casi espontánea. Están integrados en su inmensa mayoría por jóvenes desempleados y no universitarios. Aunque hay algunos menores, la mayoría ronda los veinte años.
Estos grupos, que en muchos casos no tienen ni un nombre, no han nacido al calor de organizaciones políticas o pseudopolíticas como sucedía hasta hace unos años, cuando los colectivos más violentos en las manifestaciones tenían siempre algún tipo de vínculo con formaciones anarco-sindicalistas.
Tampoco tienen estructuras definidas. Nacen en los barrios de la periferia de urbes medianas o grandes y se articulan a través de contactos personales y, sobre todo, internet. Precisamente, esa falta de organigrama hace que los grupos sean mucho más opacos a la Policía, que solo puede seguir su actividad y sus planes a través de la red o, como en el caso de los 'Bukaneros', con la vigilancia de una sede social, aunque son muy pocas las células que tienen locales ya que la mayoría de los materiales se esconden en domicilios privados.
El temor de la Policía es que estos grupúsculos, a pesar de ser poco numerosos, están «graduándose» a cuenta de las numerosas protestas por la crisis. Los funcionarios avisan de que «acumulan experiencias en cada manifestación y no tienen reparos en valerse de las pacíficas protestas indignadas para seguir con su particular aprendizaje en guerrilla urbana».