García-Margallo

«La participación en las infraestructuras iberoamericanas será un éxito de Cádiz»

García-Margallo destaca las medidas para ayudar a las pymes y el fomento de alianzas para la construcción de obras públicas en países latinoamericanos

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Tras la reunión con las ministros de Exteriores iberoamericanos, el representante del Gobierno español, José Manuel García-Margallo, compareció brevemente ante un centenar de medios para explicar el contenido de este encuentro. García-Margallo ya adelantó antes de la celebración de la Cumbre que ésta sería un éxito y ayer puntualizó que el triunfo de Cádiz se debe al ajuste entre los resultados de la misma y su traslado a la sociedad. «Por eso, la crisis ha sido uno de los ejes de esta cumbre. Hemos analizado sus causas y propuesto soluciones, que pasan por una necesaria austeridad, pero no suficiente, es imprescindible recuperar el crecimiento económico», en palabras del ministro español. Éste resumió así uno de los ejes de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, donde los veintiún países asistentes han perseguido alianzas para superar o prevenir una recesión similar en países latinoamericanos que ahora viven una etapa de auge económico.

El desarrollo de las infraestructuras en Latinoamérica ha sido otro de los platos fuertes de este encuentro institucional, tal y como le han trasladado los empresarios a los cancilleres latinoamericanos. Las infraestructuras, señaló García-Margallo, son «la primera manifestación práctica de la integración» de la región y un sector de oportunidades para las empresas españolas. Los ministros abordaron las causas de la crisis de la deuda que atraviesan España y Portugal y «la terapia para combatirla», que pasa, según el ministro, por facilitar las inversiones de ambos países en Latinoamérica a través de un marco regulatorio, fiscal y laboral estable y una justicia más rápida para no ahuyentar las inversiones.

Para lograr este último objetivo se ha presentado un acuerdo marco de colaboración para promover un Centro Iberoamericano de Arbitraje. Este será el mecanismo para dar respuesta rápida a través de la mediación en las controversias comerciales que ahora se eternizan en los tribunales.

Además, se han estudiado proyectos de financiación para pymes que quieran invertir en Iberoamérica y la posibilidad de que España se convierta en una plataforma para las empresas latinoamericanas que aspiren a invertir en el norte de África. García-Margallo apuesta por crear empresas «compartidas» españolas y latinoamericanas.

Comisionado cultural

En el ámbito cultural, los ministros de Exteriores han estudiado la posibilidad de crear un comisionado de la cultura iberoamericana que, según García-Margallo, permitiría difundir en el mundo «todas las culturas españolas, la cultura en España y las culturas de nuestras nacionalidades y regiones». Esta idea la propuso un día antes el empresario Gustavo Cisneros, presidente de Grupo Cisneros, durante el encuentro de empresarios de la Comunicación organizado en el Cortijo Ducha de Jerez. «Además, aprovecharemos un acuerdo con México para utilizar su red institucional cultural en EEUU, cuando precisamente se cumple el 500 aniversario de la llegada de Ponce de León a Florida», concluyó el ministro de Asuntos Exteriores de España.

Los cancilleres iberoamericanos dieron en Cádiz su apoyo a la candidatura de España para ocupar un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU en el periodo 2015-2016, que se traducirá en un comunicado conjunto al finalizar la cumbre. También se aprobarán, entre otras, resoluciones sobre las islas Malvinas, el fin del bloqueo de Estados Unidos a Cuba y la inclusión de los discapacitados en el mercado laboral.

Durante el almuerzo, como pronosticara el ministro español durante la comparecencia ante los medios, «se ha colado el tema de Oriente Próximo», durante el repaso de la agenda internacional, la evolución de Siria e Irán y la inestabilidad que se vive en el Sahel, que, según advirtió García-Margallo, puede desestabilizar los procesos democráticos del norte de África.

Por último, el ministro español aseguró que cada gobierno tendrá que decidir por su cuenta «si compra deuda soberana de España, invierte en este país, o lo utiliza como plataforma para acceder a otros países como Marruecos».