Botín apuesta por el euro y pide a la UE unión política, fiscal y bancaria

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, hizo ayer una firme apuesta por el euro, que «no tiene vuelta atrás», y pidió a los países de la Unión Europea que den un impulso a su unión política, y, sobre todo, «a la integración fiscal y bancaria». Botín se expresó de esta forma en un discurso pronunciado en la V Conferencia Internacional de Banca Banco Santander, celebrada en la Ciudad Financiera de la entidad, en Boadilla del Monte (Madrid), en la que también participaron el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el ministro de Economía, Luis de Guindos.

«El euro no se va a romper», dijo Botín, que aseguró que las instituciones comunitarias están «firmemente comprometidas en su consolidación». Para él, «el euro y la integración de Europa no tienen vuelta atrás» y son «absolutamente imprescindibles».

Sin plan B

«Es el mejor plan. Y no hay Plan B», zanjó. «Europa está en un punto de inflexión», aseguró Botín , que añadió que «debemos entender que solo una Europa unida puede ser fuerte», y que «la prioridad ahora es resolver la crisis de la deuda soberana. Y un paso clave es avanzar en la unión bancaria, fundamental para romper el círculo vicioso de la deuda soberana y la deuda bancaria en que estamos inmersos.

«Si queremos un mercado único, las reglas y la supervisión también deben ser únicas», explicó Botín, para quien la unión bancaria significa «reforzar el sistema financiero y fortalecer la supervisión», ya que «no hay regulación que pueda sustituir una buena supervisión». El presidente del Santander calificó de «enormes» las ventajas que nos ha reportado el euro, «la única divisa capaz de competir con el dólar como moneda de reserva».

En términos macroeconómicos» supone mayores flujos comerciales, más inversión, y mayor competencia», y en el ámbito empresarial, aporta «más eficiencia, mayor competitividad y economías de escala, entre otras ventajas», explicó.

Sin embargo, dijo, la crisis internacional alcanzó a Europa «sin las herramientas adecuadas para dar una respuesta rápida a la situación».