Poder femenino
Hay una lucha contra la curva que nos lleva a intentar comprimir el cuerpo en minitallas. ¿Es en realidad un rechazo a lo femenino?
MADRID Actualizado: GuardarLas mujeres reales tenemos curvas. Al igual que la política debería acercarse al ciudadano, la moda debería hacerlo a las mujeres reales y a sus curvas, a la talla 44, a la voluptuosidad de lo femenino, en vez de encorsetarla en ideales escuálidos en los que la carne casi ha desaparecido y el cuerpo aspira a convertirse en un falo sin curvas. La delgadez más allá de lo saludable es un ataque al cuerpo de la mujer. La curva alude a lo femenino: las caderas, los pechos, y es atacado continuamente por una cultura que promueve la línea recta, es decir, las características que aluden al cuerpo masculino.
En el imaginario social existen ideales que se asocian a la feminidad y que son, en cierta medida, responsables del malestar femenino. Hay desde hace tiempo una sospechosa lucha contra las curvas que nos conduce a valorar lo andrógino, a proponer líneas rectas y a comprimir la carne en unas mini-tallas donde quizá quepa una adolescente, pero no una mujer. Cabría preguntarse si en esta propuesta cultural de lucha contra la curva no se esconde un rechazo a lo femenino. (Más información en MujerHoy.com)