Sociedad

La dulce pandemia del siglo XXI

Una mayor esperanza de vida o los malos hábitos alimenticios aumentan en dos puntos la presencia de la diabetes en veinte años Cuatro de cada diez diabéticos ignoran el tratamiento para su enfermedad

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El miedo a las agujas, el desconocimiento de una enfermedad habitual o la incapacidad de no poder pagar la insulina debido a los últimos repagos farmacéuticos. Sea el motivo que fuere, el caso es que cuatro de cada diez diabéticos de tipo 2 -la que se desarrolla con la edad y los hábitos alimenticios menos saludables- no reciben el tratamiento adecuado para tratar su enfermedad. «Hay que mejorar el control glucémico lo antes posible porque los casos se van a ir incrementando mucho cada año», indicó el doctor Dídac Mauricio, del hospital Arnau de Vilanova. Este centro ilerdense ha colaborado en uno de los estudios poblacionales más importantes de Europa y que se ha publicado en la revista Diabetes Care de la asociación estadounidense de esta enfermedad que afecta, de forma crónica, a más de cinco millones de españoles.

En este trabajo de campo, bautizado como 'eControl DM_AP', se han analizado a más de 286.000 enfermos mayores de 30 años, lo que ha permitido hacer una radiografía del diabético y marcar «unas pautas para estudios posteriores», según señaló Buenaventura Bolívr, coordinador del estudio en el que ha colaborado la Generalitat de Cataluña. El prototipo de enfermo tiene 68 años, 66 si se trata de un hombre y 70 si es una mujer; padecen la enfermedad una media de seis años y el 45% son obesos. Además, el 15% son fumadores, aunque en este apartado hay grandes diferencias entre géneros: frente a un 24% de hombres adictos a la nicotina, solo hay un 6% de mujeres que confiesa la necesidad de una cajetilla. Una situación similar se aprecia entre los exfumadores: un 30,9% de ellos frente a un 5,3% de ellas.

En total, un 18% de los diabéticos abandonaron los cigarrillos. Asimismo, el informe revela que los diabéticos sufren otro tipo de dolencias. Dos de cada diez pacientes tienen algún grado de insuficiencia renal crónica, un 18,4% tiene complicaciones cardiovasculares, un 11,3% presenta cardiopatías isquémicas, un 6,5% ha sufrido alguna enfermedad cerebrovascular y un 5,8% tiene retinopatía diabética.

Estas consecuencias por el mal cuidado de las diabetes de tipo 2 provocan a su vez que el 76% de los galenos hayan firmado una baja temporal o permanente a alguno de sus pacientes por causas relacionadas con esta enfermedad. Las causas más frecuentes, según la campaña 'Es diabetes. Tómatela en serio', son las enfermedades cardiovasculares (21%), la neuropatía diabética (16%) y la nefropatía diabética (15%).

A pesar de estas estadísticas, la gran preocupación de los especialistas es ese 43% de enfemos que no se inyectan insulina y el aumento del número de casos que se puede provocar en las próximas décadas. En España, la prevalencia de esta enfermedad ha pasado del 5,6% en 1992 a 6,1% en 1997 al 7,6% actual. «Es la pandemia del siglo XXI», apuntaron en su estudio los especialistas en esta enfermedad. Los malos hábitos alimenticios, el exceso de peso, el tabaquismo, el aumento de la esperanza de vida y el sedentarismo han provocado que en los países desarrollados empiece a tomarse la diabetes con gran preocupación.

Píldoras

El director de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Antoni Mateu, comentó que apenas un 11% de la población toma todos los días verduras. En este sentido, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) demandó una mayor inversión en educación diabetológica para conseguir un mejor control de la diabetes y así evitar el coste que suponen los gastos derivados de las complicaciones. «Sin educación no hay buen control de la enfermedad, lo que provoca que estos pacientes empeoren su calidad de vida», apuntó la doctora Sonia Gaztambide, presidenta de la Sociedad Española de Diabetes, que celebrará mañana el día mundial de esta enfermedad.

El trabajo de los investigadores también revela que un 72,6 % de los diabéticos reciben un tratamiento oral (píldoras), mientras el 23,4 % se tratan con insulina, combinado con pastillas o no, y un 22,9 % tienen suficiente con una variación en su estilo de vida.