Obama insiste en que los ricos paguen más
El presidente reitera su invitación a los republicanos para resolver los asuntos pendientes y evitar el 'precipicio fiscal'
NUEVA YORK.Actualizado:Los periodistas que asistieron a la primera comparencia de Barack Obama después de su reelección fueron los primeros en notar el nuevo aire que se respira en la Casa Blanca. De entrada, la música que animaba discretamente el ambiente. Ellos mismos, únicos protagonistas habituales de las citas, fueron relegados al gallinero mientras las primeras filas estaban repletas de ciudadanos de a pie invitados no para celebrar los cuatro años que quedan por delante, sino para escuchar las puntualizaciones del presidente sobre un viejo tema: la necesidad urgente de poner de acuerdo a demócratas y republicanos en el Congreso sobre la deuda pública y los impuestos.
Si las partes no se entienden antes de fin de año, el país se encamina al denominado 'precipicio fiscal', una suerte de 'tsunami' que elevaría de manera automática la carga impositiva al 95% de los estadounidenses y devolvería la economía a la recesión.
Todos los argumentos del presidente sonaron conocidos. Su Gobierno es favorable a meter la tijera en los grandes capítulos del gasto social siempre que la medida vaya acompañada de un aumento de los impuestos a los ricos. Una aproximación equilibrada al problema del déficit, como le gusta repetir, que resultó infalible en los tiempos de Bill Clinton para evitar la caída libre de las cuentas. «No podemos cortar nuestro camino hacia la prosperidad», dijo Obama tras recordar que una receta que pretenda mantener -como defienden los conservadores- los recortes de impuestos de la era Bush a las rentas superiores a 200.000 dólares (157.300 euros) afectaría de lleno a capítulos esenciales como salud, educación e investigación.
En una situación como la actual, es de ley que «los ciudadanos más ricos paguen un poco más de impuestos». El comentario, recibido entre los aplausos de la sala, esconde cierto tono de flexibilidad que podría ser clave en las negociaciones en la Cámara de Representantes. Hasta ahora, la demanda del Ejecutivo ha sido subir el porcentaje de los ingresos de los ricos, incluidas las rentas de capital, al mismo nivel que paga la clase media.
Medios como 'The Wall Street Journal' especulaban ayer con la idea de que la insistencia de Obama en subir los tributos solo lleva a un nuevo punto muerto en las negociaciones. John Boehner, el portavoz republicano en la Cámara baja, ha cambiado el tono de sus demandas desde el martes, hablando por primera vez de que su partido estaría abierto a aceptar una subida. Aun así, algunos analistas recomiendan leer la letra pequeña porque Boehner sigue representando al mismo núcleo duro que ha negado a Obama el pan y la sal. «El problema de subir las tasas a los más ricos es que la mitad de ellos son pequeños empresarios», puntualizó el portavoz luego de invitar a Obama a que «liderara» las negociaciones para evitar el 'precipicio fiscal'. «Sabemos que eso debilitaría nuestra economía». Para terminar, una dosis más de ambigüedad: «Hay muchos tipos de deducciones fiscales. Algunas tienen sentido y otras no».
«Pagar por todo el déficit»
En los cinco minutos que duró su intervención, Obama apeló a su reciente triunfo para buscar una salida al problema del déficit que sea fiel a lo prometido en la campaña «Esta ha sido una cuestión central debatida una y otra vez entre Mitt Romney y yo. El martes por la noche supimos que la mayoría de los estadounidenses está de acuerdo con mi manera de abordar el problema», subrayó. Tampoco aquí faltaron unas gotas de flexibilidad. «No estoy casado con cada detalle de mi plan, estoy abierto a un compromiso y a nuevas ideas. Pero rechazo cualquier enfoque que no sea equilibrado».
El presidente insistió en uno de sus argumentos preferidos. «No voy a pedir a estudiantes, jubilados y familias de clase media que paguen por todo el déficit, mientras que a gente como yo que gana más de 250.000 dólares (197.000 euros) al año no se le pide que pague un céntimo más de impuestos. No haré eso».