China se pone como gran reto combatir la corrupción
El Partido Comunista, que inicia hoy su XVIII congreso, asegura haber aprendido una lección con el escándalo de Bo Xilai
SHANGHÁI.Actualizado:El escándalo de Bo Xilai no pasará en balde. China ha aprendido una «profunda lección» con el culebrón político más convulso desde el provocado por la matanza de Tiananmen, y se dispone a hacer de la lucha contra la corrupción uno de los principales objetivos de la nueva etapa que comenzará el próximo día 14, cuando se clausure el XVIII Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) que comienza hoy en Pekín. Así lo adelantó ayer el portavoz del Partido, Cai Mingzhao: «Nuestro país es una sociedad en transición, en la que el fenómeno de la corrupción está muy extendido y se multiplica fácilmente. Hacerle frente es una tarea ardua y a largo plazo».
Cai también aseguró que, aunque la cúpula del PCCh vaya a renovarse, nada cambiará sustancialmente en China. «Continuaremos con las reformas y con el proceso de apertura, y en el futuro nos aseguraremos de que beneficien al pueblo primero». Habrá, sí, algunas modificaciones en el partido para fomentar una organización más democrática, pero no está en el horizonte de los gobernantes abandonar el autoritarismo.
De momento, lo que el Partido necesita para evitar más inestabilidad social es recuperar la legitimidad perdida, y eso lo conseguirá mejorando la calidad de vida de sus súbditos, para lo cual ha de transformar una economía de manufacturas en otra de consumo, y evitando escándalos. Eso sí, no ha habido todavía ninguna declaración oficial acerca de la posible conexión entre Neil Heywood, el empresario británico que fue asesinado por la mujer de Bo, y el servicio de espionaje MI6.
Un explosivo cóctel de corrupción, abuso de poder, deserción, homicidio, y, ahora, espionaje. Según informó 'The Wall Street Journal' el martes, Heywood, que conducía un Jaguar con la matrícula 007, habría estado espiando a Bo Xilai para la Inteligencia británica.