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ANDALUCÍA

Denunciaban violencia de género para lograr permiso de residencia y ayudas

FRAN GAVILÁN
ALMERIA.Actualizado:

La llamada operación 'Pomelo' de la Guardia Civil ha conseguido destapar a una de las mayores bandas criminales dedicada a la regularización masiva de inmigrantes marroquíes que se recuerdan en España. La red utilizaba un 'modus operandi' tan particular que «jamás se ha visto en una operación contra este tipo de tramas», confesaba un portavoz.

Consistía en poner en contacto a mujeres marroquíes con hombres, de su misma nacionalidad y que tuvieran residencia legal en Almería, con el fin de regularizar su situación en el país. Pero la red iba aún más lejos. Y es que con el objetivo de conseguir el permiso de residencia de las magrebíes, la falsas parejas acordaban presentar denuncias por violencia de género para que las mujeres pudieran cobrar una subvención pública y, al mismo tiempo, permanecer en el país.

A cambio de ser detenidos y pasar por los calabozos tras ser denunciados por malos tratos, los hombres que eran contratados por la red criminal recibían una compensación económica que oscilaba entre 2.000 y 4.000 euros. Además, la organización les hacía la promesa de que las mujeres retirarían la denuncia contra ellos, una vez hubieran obtenido el permiso de residencia. Así los hombres veían la causa archivada y ninguna mancha en su expediente por dichos delitos.

Una vez interpuesta la denuncia y con la sentencia provisional en la mano, las mujeres acudían a la Oficina de Extranjeros de Almería, donde presentaban una solicitud de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales, conforme a su consideración de víctimas de violencia de género. Una vez conseguido el objetivo, las propias mujeres pagaban en mano a sus falsas parejas, si bien la organización obtenía una «suculenta comisión».

Hasta el momento, la Guardia Civil de Almería ha detenido a 18 supuestos integrantes de la red. Concretamente a sus tres presuntos 'cabecillas', además de a seis hombres y a nueve mujeres y ha destapado una quincena de denuncias falsas.

Las sospechar partieron de una serie de patrones comunes: muchas denuncias similares en un mismo puesto, todas por mujeres magrebíes y con lesiones en «zonas muy localizadas», de forma que incluso, «en la misma parte del cuerpo». La sospecha de los investigadores creció aún más cuando se percataron que tanto las denunciantes como los denunciados «no se conocían apenas». La Guardia Civil también detectó varios casos en los que los varones se negaron a participar en el engaño propuesto y fueron amenazados.

El Instituto de la Mujer celebró que se persiga a quienes se aprovechen de estos recursos y pidió que no se cuestione la credibilidad de las víctimas. Sólo el 0,01% de las denuncias por violencia de género son falsas, aseguró el IAM.