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Una procesión católica cruza el puente de Brooklyn el pasado Viernes Santo. :: MICHAEL NAGLE / AFP
MUNDO

El 'swing' del voto católico

Obama y Romney se disputan un apoyo que se mueve entre dos almas

PEDRO ONTOSO
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«Obama perderá si no reconquista el voto católico». El jesuita Thomas Reese, exdirector de la revista 'América', no tiene dudas sobre la importancia del apoyo electoral de un colectivo que puede resultar decisivo en las urnas el próximo martes en Estados Unidos. «Obama y McCain se dividieron el voto de los católicos blancos, pero Obama ganó entre los hispanos. No es que los hispanos amaran a Obama, lo que pasa es que estaban enojados con los republicanos por sus posiciones tan duras con respecto a los inmigrantes», reflexionaba en el Vaticaner Insider, la prestigiosa web del grupo italiano La Stampa, el investigador del Woodstock Theological Center de la Geortown University de Washington, que diferencia cuestiones como la raza y la religión.

El experto de la Compañía de Jesús abundaba en su posición con conocimiento de causa y avisaba: «Los hispanos están enojados ahora porque Obama no presionó lo suficiente para cambiar las leyes sobre inmigración durante los primeros años de su mandato, cuando los demócratas tenían mayoría suficiente tanto en la Cámara como en el Senado. Si muchos de ellos decidieran abstenerse, tendría problemas. Si Obama pierde el voto de los católicos blancos podría perder algunos estados clave, como Ohio». Un récord de 23,7 millones de hispanos -el 11% del electorado- están registrados para votar el martes. Su apoyo, combinado con el de jóvenes, mujeres y afroamericanos, catapultó a Obama a la presidencia en 2008, aunque la crisis económica ha socavado aquel entusiasmo. Entonces, el contingente hispano votó de forma mayoritaria (un 67%) a favor de Obama frente a un 31% que optó por McCain. El primero acaparó el voto de los católicos (54%) y dejó al republicano con un 45%, si bien este último fue apoyado por los más practicantes y de misa dominical.

En efecto, hay territorios claves, donde los candidatos tratan de movilizar a sus votantes. Además de Ohio, destacan Virginia y Florida, bastión demócrata y corazón de la comunidad hispana, o Nueva Jersey, donde la población latina ha crecido. La tendencia demográfica es un aspecto que los polítologos destacan, porque en el futuro pueden alterar el mapa electoral de EE UU.

Con pronósticos muy ajustados, como reflejan las encuestas, el voto latino es crucial y puede ser una de las llaves para acceder a la Casa Blanca. La religión y la política van de la mano de manera evidente en estados como Misisipi o Alabama -en el 'cinturón bíblico'-, pero la dimensión política de la religión es también visible en todo Estados Unidos. Y es una esfera que también acude a las urnas este 6 de noviembre, aunque este bloque no sea monolítico. Los católicos conforman el colectivo de votantes con mayor 'swing', según la terminología utilizada por el acreditado Pew Reserarch Center's Forum on Religión& Public Life. Un cambio de ritmo sutil, como en el jazz, pero cuyo desplazamiento puede resultar decisivo con porcentajes muy ajustados, como ocurre ahora en la recta final de la campaña.

La composición del electorado católico norteamericano está liderada por los blancos moderados, que suponen el 32%, seguidos por los conservadores, con un 25%. Los hispanos son el 21% y los blancos liberales el 11%. Otras minorías suponen el 8%. El Pew ha testado la intención de voto de estos grupos, con un saldo favorable a Obama, salvo en el caso de los blancos conservadores que apostaban por Romney. En un informe reciente, fechado el pasado día 18, un 54% de los católicos se decantaba por el actual presidente, frente al 39% que lo hacía por el candidato del partido republicano. Según el último sondeo del Pew Hispanic, tres de cada cuatro hispanos católicos (73%) y una proporción mayor de aquellos no afiliados a una religión (82%) votarían por Obama, pero solo la mitad de los evangélicos lo reelegiría. Según este instituto, el 19% de los hispanos católicos respaldarían a su rival republicano, que tiene una intención de voto del 39% en el caso de los evangélicos.

En una investigación anterior, solo los blancos conservadores apoyaban a Romney de una forma mayoritaria (78%), mientras que la izquierda católica se decantaba por Obama (79%). La posición de los blancos moderados era más ajustada: 54% a favor de Obama frente a un 39% que apostaba por Romney. Este último es el colectivo a 'evangelizar' por los candidatos, según el análisis que hace John Green, profesor de C iencias Políticas de la Universidad de Akron (Ohio). «El gran desafío para los partidos es movilizar a los electores creyentes moderados», sostiene el investigador en 'Vida Nueva'. Esta revista mantiene, como lo hacen distintos analistas, que resulta «inconcebible» que alguien pueda llegar a la Casa Blanca siendo ateo o agnóstico.

Aborto y matrimonio gay

Barack Obama, protestante, y Mitt Romney, mormón, tienen que atender a esa parroquia electoral. Coincide que los dos aspirantes a la vicepresidencia son católicos: Joe Biden es un demócrata abierto y liberal, mientras que el republicano Paul Ryan, muy identificado con el movimiento provida, enarbola la bandera de los más fundamentalistas. El presidente ha agitado a la sociedad norteamericana con la reforma sanitaria, que obliga a contratar un seguro médico que incluye métodos anticonceptivos y fármacos para abortar -el Obamacare-, y se ha manifestado a favor del matrimonio homosexual. Tales planteamientos le han enfrentado con la jerarquía católica, incluido el Vaticano, si bien el cardenal Dolan, presidente del Episcopado de EE UU, ha sabido mantener el equilibrio sin decantarse de manera directa en favor de alguna de las opciones.

Aborto y matrimonio homosexual dividen a los católicos. En la investigación del Pew, son los liberales, junto a los blancos moderados, quienes más apoyan la legalidad del aborto. Entre los hispanos también gana, aunque por poco, mientras que los conservadores son contrarios. En cuanto a las uniones gays, por primera vez una mayoría de hispanos se muestran permisivos con este matrimonio: un 52% contra el 34%.