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El PP frena la reprobación de Wert, a quien el PSOE acusa de «provocador»
El PP considera que la única «osadía» del ministro fue criticar el «fracasado modelo educativo socialista vigente»
MADRID. Actualizado: GuardarExcluyente, clasista, segregador, altanero, provocador y arrogante. Así definió ayer la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, durante el debate de la proposición no de ley con la que el Grupo Parlamentario Socialista solicitó su reprobación.
Tal y como estaba previsto, y pese a la dureza de las críticas del PSOE, la mayoría absoluta del PP en el Congreso rechazó tal petición, a la que se sumaron todos los grupos de la oposición excepto UPyD, que optó por abstenerse.
Wert no estuvo presente durante un debate que fue menos agrio de lo esperado, gesto que fue calificado por Valenciano como «un desprecio». El titular de Educación, sin embargo, sí compareció en la sede de su Ministerio al finalizar la Conferencia General de Política Universitaria. Allí afirmó que la única reprobación que le preocupa sería la de «los destinatarios finales del sistema educativo».
Su defensora en la cámara Baja fue Sandra Moneo, portavoz de Educación del Grupo Parlamentario Popular. «La única osadía de Wert fue la de denunciar el fracasado modelo educativo socialista vigente», acotó Moneo. Abundó, asimismo, en que el PSOE solo basa el bienestar en el gasto, mientras que el PP lo hace en el servicio a la calidad. «Los españoles les reprueban en la forma más clara, que es en las urnas», remachó.
Valenciano, por su parte, enfatizó que el único consenso que ha sido capaz de lograr Wert en estos diez meses de mandato ha sido el de concitar el rechazo unánime de «alumnos, padres, profesores, rectores, sindicatos, patronal y actores».
Españolizar
El PSOE anunció su intención de solicitar esta reprobación, la primera en esta legislatura, tras una intervención de Wert en el Congreso en la que aseguró que uno de los objetivos del Ejecutivo era lograr «españolizar» a los estudiantes catalanes. «Los alumnos de Cataluña no necesitan ninguna españolización, lo que necesitan son profesores, aulas y respeto», recalcó Valenciano.
La portavoz socialista lamentó que Wert «tenga nostalgia de la escuela de su infancia» y puso como ejemplo de esta deriva su apoyo a la educación diferenciada por sexos. Valenciano se preguntó qué ocurriría si se decidiese sufragar con dinero público el separar a los estudiantes por nacionalidad, raza o creencias religiosas. Otros grupos parlamentarios tampoco ahorraron descalificativos. Para Joan Baldoví, diputado de Compromís, Wert es un ministro «ciego, sordo, mudo, despiadado y sin alma». Más comedido se mostró Carlos Martínez Gorriarán, de UPyD, que recriminó al PSOE su decisión de otorgar al ministro el papel «de chivo expiatorio de todos los problemas de la educación en España».
CiU, pese a que el comentario sobre el adoctrinamiento de los jóvenes catalanes parecía dejarle carta blanca para argumentar a favor de la independencia de Cataluña, se mostró inusualmente moderada y su portavoz se limitó a tachar al ministro de «irrespetuoso» con las autonomías al suprimir partidas y hacer declaraciones «extemporáneas» que no ayudan a mejorar la Educación. Sí aprovechó esta vía Albert Bosch, de ERC, que aseguró que cuando Wert habla «no solo sube el pan, suben las estrellas de banderas independentistas que él mismo aúpa con sus palabras».