Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Cubierta del libro. / Archivo
libros

Youma, la última Da

Lafcadio Hearn narra la historia de esclavitud en las colonias francesas y el final de aquellos días tras la revuelta de los sometidos

VERÓNICA MELLADO
Actualizado:

Adentrarse en la obra de Lafcadio Hearn es similar a asomarse a la exuberante y exótica belleza de un cuadro de Gauguin o descubrir cuál fue la intención de Rimbaud al alejarse de Europa. El propio escritor, de origen griego, huyó de la cuna helénica para nacionalizarse japonés al final de sus días. Aunque prolífico, no son muchas las obras del autor traducidas al castellano. La propia editorial, Errata Naturae, que publica 'Youma' se atrevió el año pasado con su obra 'Última Isla' (que adopta el nombre de 'Chita', en las traducciones de otros idiomas) y no descarta la publicación de nuevos títulos en adelante.

Y Lafcadio Hearn lo merece, por varias razones. Primero por la plasticidad impresionista de sus descripciones capaces de transportarte a la nostalgia de otros mundos perdidos ya. Segundo por el acertado uso aparentemente conductista que lleva a cabo de las acciones de sus personajes. Tercero por la universalidad de sus historias que van más allá de los hechos generales para adentrarse en las intrahistorias que son, en definitiva, las voces que humanizan los grandes acontecimientos.

En Youma -la historia de esclavitud en las colonias francesas y el final de aquellos días tras la revuelta de los sometidos- esclavos y señores comparten, en apariencia, estampas idílicas de convivencia. Los amos son buenos gestores que facilitan a sus esclavos la obtención de unos ingresos a cambio de su trabajo, velan por su salud, les proporcionan refugio y confían en ellos para cuidar de su progenie. Tanta idoneidad, aparentemente ingenua, da un giro de tuerca cuando se alude casi anecdóticamente a la negación de la educación para los niños de raza negra o se verifica la ausencia de voluntad en las decisiones vitales que afectan, por ejemplo, a sus propios matrimonios.

Un terrible y precipitado final (por otro lado y anticipado en conversaciones entre los esclavos), rompe con la imagen de paraíso perdido que embebe la novela para convertirlo en una postal hecha pedazos y corroborar que el "ojo por ojo" no es solo una máxima judía, si no un orden de lo establecido que rige el mundo y el devenir del curso de la historia de la humanidad.

Una lectura recomendable de poco más de un centenar de páginas cuya catarsis implica para el lector ejercer la incómoda tarea de dictaminar sentencia a favor o en contra de las decisiones, de los hechos, de la cultura, la voluntad y los instintos.