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EL RAYO VERDE

EL TIEMPO ANDALUZ

LALIA GONZÁLEZ-SANTIAGO
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En un supuesto 'mapa térmico' de la actualidad de este lunes, la ejecutiva federal del PSOE saldría 'rojooscurocasinegro', con permiso del cineasta Sánchez Arévalo. En el epicentro del foco arde Andalucía, la relación entre el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente del partido, José Antonio Griñán, que no es un cargo honorífico, como hasta ahora, sino el socialista con más poder ejecutivo, que gobierna la comunidad mayor y la federación socialista más importante. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el líder andaluz?, ¿se postula o no para la primera línea orgánica? Los nervios están disparados y se reabren las heridas que no cerró el congreso de Sevilla, ganado por Rubalcaba por 22 votos.

Pero el problema no es si se llaman por teléfono o se mandan sms, sino el camino cuesta abajo y sin frenos de las siglas, que viene desde las municipales de 2011 y que sus dirigentes no atinan a detener. En consecuencia, está en juego la pervivencia de un espacio político en el que pueda identificarse una parte de la sociedad y que ofrezca una alternativa de poder. Es lógica la preocupación por parar la hemorragia, el análisis de la estrategia y la crítica de quienes la trazan.

Al PSOE andaluz, con Griñán a la cabeza, le ha tocado la oportunidad -suerte o desgracia- de ser ahora mismo el único escaparate de otra forma de hacer. Así, metido en la dinámica de gobierno, ha de dar respuesta urgente a cuestiones inaplazables que tienen que ver con su propia tarea, como la financiación autonómica y, por ende, a entrar en temas de alta política, como el modelo de Estado, donde Andalucía se siente en riesgo de verse perjudicada y comprometer el futuro de generaciones. El PSOE nacional no lleva ese ritmo. Su paso es otro, quizá ensimismado en su propia mismidad, aún en shock, o por lo que sea, la agilidad de su respuesta a las cuestiones candentes de actualidad 'quema' en Andalucía, que no entiende esa falta de reflejos.

Aquí la tasa de paro alcanza un dramático 35%, diez puntos más que la media nacional, y se producen 41 desahucios al día, un 42% más que el año anterior; el 36% de la población está en riesgo de pobreza. De resolver estos problemas es de lo que va la política.