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La Constitución y el respeto a las leyes

El heredero de la Corona subraya la «larga historia común» de los españoles y apela a caminar «en la misma dirección»

A. JIMÉNEZ
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No hubo en el discurso del Príncipe en Oviedo ninguna alusión explícita a las disputas territoriales. Lo raro es que se hubiera referido abiertamente a la pretensión de Artur Mas de convocar una consulta soberanista en Cataluña. No obstante, sí que desgranó algunas reflexiones en las que evocó la «larga historia común» que une a los españoles. «Hemos de seguir construyendo nuestro futuro paso a paso; con un pie firme en el presente y con una decidida voluntad de superar los desencuentros; preservando los afectos y manteniendo vivas las emociones y los sentimientos que compartimos», dijo.

Para el Príncipe de Asturias, esos sentimientos están forjados gracias a un pasado compartido. El porvenir, dijo, exige un esfuerzo cimentado en la tolerancia. «Un futuro basado en el respeto y la confianza mutua entre todos los españoles y en el que podamos trabajar cada uno con su propia personalidad y con espíritu constructivo en una empresa común, en un mismo proyecto de convivencia», aseguró.

Aseveró que desde 1978 los españoles han sido «educados en libertad y democracia» gracias a la Constitución. «Hemos aprendido a expresar nuestras opiniones y a escuchar y valorar ideas distintas a las nuestras; también a resolver nuestras diferencias respetando las leyes en el marco de nuestro Estado de Derecho, que tantos sacrificios nos ha costado alcanzar», sostuvo.

El hijo del Rey elogió el papel que tuvo la Constitución de Cádiz, de la que se cumple este año el bicentenario. Aquel texto supuso en su época una «lección de patriotismo de sus artífices» y un «ejemplo de superación del pueblo español en aquel trance histórico».

Don Felipe destacó que se avecinan grandes retos a los que España debe saber dar respuesta. Fruto de la interdependencia, «el mundo avanzará cada vez más hacia una mayor integración política y económica». De ahí que sea preciso que todos los españoles caminen «en la misma dirección».