Un gran campeón
Actualizado: GuardarEn el acoso y derribo Lance Armstrong es evidente, entre otras cuestiones, la envidia, una envidia de los que en su día fueron sus compañeros, e incluso «amigos», una envidia que les ha llevado a denunciarlo sin pruebas evidentes y veraces; una envidia por no poder derrotarlo en la carretera; una envidia por la impotencia de no estar a su altura cuando estaba en activo. Es increíble que después de tantos años, ahora salgan algunos personajes que se decían sus «amigos», revolviendo trapos sucios en los que estarían implicados algunos, pero que no existen pruebas palpables, ni científicas que puedan corroborar dichas acusaciones, solo palabras y habladurías insidiosas e envidiosas. ¿Cómo es posible que pasara todos los controles de sus victorias? ¿Por qué, cuando competía, jamás se le detecto, ni se le involucró en dopaje alguno? Solo espero del gran campeón que se defienda de todo lo que dicen de él, que contraataque con honestidad.