El Málaga se aprovecha de la debilidad del Milan

Entre el mito y la realidad, el fútbol volvió a demostrar en Málaga que es el principio y el fin de todos los sentimientos. Durante 90 minutos se pudo pasar de la alegría a la decepción, del desamparo a la subida de adrenalina. En medio de ese torrente de emociones se logró una victoria justa para los blanquiazules. La 'Champions' sigue soñando con los andaluces, y viceversa.

La Rosaleda quería formar parte de la historia y tiñó el graderío de un ambiente espectacular. Los jugadores necesitaban a los suyos, toda vez que el encuentro se puso difícil desde el principio. Nadie dijo que fuera a ser fácil. A pesar de que los milaneses no son los gigantes de tiempos pretéritos, todavía guardan coletazos de grandeza.

Constant y Ambrosini controlaban el juego con templanza. Daban quebraderos de cabeza al centro del campo malaguista, que no parecía saber cómo parar el contragolpe rival. 'Willy' Caballero hacía horas extras. El Shaarawy terminó de dar el susto al fallar complemente solo. Pellegrini constató que sobre el campo estaban perdidos. Como buen ingeniero decidió reorganizar a sus hombres. Se limitó a hacer posiciones tácticas; colocó a Joaquín por el centro para aprovechar su carrera diagonal junto a Saviola.

Los cambios no sirvieron para inclinar la balanza a favor de ninguno de los bandos. Pero sí ayudó a calmar ánimos. Isco animaba la baja moral con su perspicacia mediante tiros preciosos que Amelia repelía. La clave llegó al filo del final de los primeros cuarenta y cinco minutos. Joaquín erró un penalti, de la misma manera que hizo el sábado pasado ante el Valladolid.

Tranquilidad y talento

Ya dijo el técnico chileno antes del partido que no quería oír hablar de la gloria futura. Solo pensaba en el presente y este debía vivirse con serenidad. De ahí que tras el descanso, quizá, lanzara ese mensaje a los futbolistas, por si acaso no lo habían captado. Salió con otro aire el Málaga, más concentrado. Se comprobó desde el primer momento que sabían, esta vez sí, a qué jugaban. Fue el equipo que sorprendió en Bruselas y alegra cada jornada el corazón malaguista en Liga.

Portillo se juntó más con Camacho para temporizar el desarrollo del partido. Isco se limitó a hacer del virtuosismo su elegancia. La combinación de movimientos, desaparecida en la primera mitad, obtuvo sus frutos. Iturra recordó a Laudrup con un pase de 'cuchara' y Joaquín se resarció del error anterior.

El 1-0 terminó de aguar la estrategia de faltas de los alpinos, mientras hinchó de orgullo a los malacitanos. La entrada de 'Pato' ofreció aire fresco, pero Caballero volvió a salvar ante El Shaarawy. Tras el característico arreo italiano a la desesperada, la Costa del Sol brilló de noche. Victoria que sirve para seguir invicto, lideres y siendo el único club que no ha recibido un gol en contra. Historia viva europea.