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MUNDO

Condenan a siete científicos italianos por subestimar las señales previas al terremoto

Los expertos invitaron a los vecinos de L'Aquila a quedarse en casa y despreocuparse por un seísmo que al final dejó 309 muertos

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ CORRESPONSAL
ROMA.Actualizado:

Italia conoció ayer una sentencia inédita que de inmediato causó un gran debate: un tribunal condenó por homicidio a seis años de cárcel e inhabilitación pública a los siete miembros del comité científico oficial que, en 2009 y tras cuatro meses de seísmos que aterraban a la población de Abruzzo, dijeron que no había ningún peligro. Pero seis días después un terremoto devastó la capital de la región, L'Aquila, y dejó 309 muertos. Había que estar a las pocas horas en la ciudad arrasada para oír a los vecinos desesperarse porque les habían llevado al matadero por fiarse de los expertos. Por su parte, éstos se aferraron a la total imposibilidad de predecir los temblores, en una controversia complicada por el hecho de que un sismólogo, Giampaolo Giuliani, estuvo proclamando por su cuenta hasta en una furgoneta con altavoces -y fue denunciado por alarmismo- que llegaría un terrible terremoto.

La sentencia ha sido una sorpresa, aunque en Italia no hay que fiarse, porque la Justicia da grandes bandazos y les pueden absolver en segunda instancia. Castiga con dos años más de los que pedía el fiscal a la Comisión de Grandes Riesgos y les condena a pagar 7,8 millones de indemnización, más las costas, por proporcionar informaciones «inexactas, incompletas y contradictorias». La pregunta es si se puede enviar a alguien a la cárcel por no acertar con un pronóstico imposible, y la respuesta de los afectados es que hicieron algo más que eso, pues animaron a la gente a quedarse en casa y despreocuparse. El paradigma es la frase de uno de los responsables de Protección Civil, Bernardo de Bernardinis, invitando entonces a todos a relajarse «con un buen vaso de vino». Es uno de los condenados de ayer, junto a eminencias científicas como Enzo Boschi, expresidente del Instituto Nacional de Geofísica.

«Es la muerte del servicio de los profesores al Estado, no se puede dar un asesoramiento sereno bajo esta presión judicial y mediática de locura. Esto no pasa en ningún país», protestó ayer el actual presidente de esa comisión, Luciano Maiani. Al terremoto siguió una estela de polémicas, que aún perdura con la lenta reconstrucción y los escándalos ligados a ella . Hay juicios en marcha por el derrumbe de al menos veinte edificios y esta semana se ha resuelto el primero con tres años de cárcel a un director de obras.