Santos avisa a las FARC de que sabe dónde están sus límites en la negociación
El Ejército colombiano bombardea un campamento de la guerrilla y esta responde matando a cinco soldados
LA HABANA.Actualizado:En la instalación de la mesa pacificadora en Noruega quedó de manifiesto que el diálogo de paz no será un camino de rosas. El presidente Juan Manuel Santos, consciente de ello, rema contra corriente entre las incendiarias críticas de su predecesor, Álvaro Uribe, y las andanadas de 'Iván Márquez', subjefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pese a todo no ha renunciado a los operativos militares y a última hora del viernes bombardeó un centro de acopio de cocaína de la guerrilla en la frontera con Panamá, lo que evitó la puesta en circulación de más de una tonelada de droga. Las FARC colombianas tampoco han renunciado a la violencia y en una emboscada en el departamento de Putumayo, en el sur del país, mataron a cinco soldados de un batallón de selva e hirieron a otros tres.
El jefe de Estado respondió a las críticas de 'Márquez' sobre el problema de la tierra y la advertencia de que «la paz no significa el silencio de los fusiles, sino que abarca transformar la estructura del Estado y las estructuras económicas». «Sabemos exactamente qué queremos, dónde están las líneas rojas, qué podemos ceder y qué no podemos consentir», señaló Santos. Expresó su esperanza de que el proceso «dé resultados», pero enfatizó que, en caso contrario, el Gobierno ha hecho las «cosas de forma tal que al país no le cuesta nada haberlo intentado».
Quitando banderas
El mandatario confesó que no hizo mucho caso «a esas manifestaciones con intenciones políticas» de 'Márquez'. En su intervención durante su programa de radio afirmó que «cuando las FARC dicen que esta es una ley de mentiras (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras), es porque les estamos quitando las banderas de propaganda». Precisamente, este será el primer tema a tratar cuando se reúnan los delegados en La Habana.
Santos puntualizó también que si bien las FARC atribuyen al desigual reparto de la tierra como motivo por el que se rebelaron en 1964, en el Ministerio de Agricultura se han presentado 8.000 de personas que se declaran víctimas de las FARC (el 40% del total) y reclaman 700.000 hectáreas.
Según las encuestas, más del 60% de los colombianos aprueban la iniciativa. Sin embargo, el expresidente Uribe rechaza la posible incorporación de la guerrilla a la vida política y acusa a quien fue su ministro de Defensa de «relajarse» en la ofensiva militar.
Los hechos parecen demostrar lo contrario y sus comentarios, según una columna de María Isabel Rueda, instigan el descontento del Ejército y la Policía, en una actitud «cuasisubversiva».