El Valencia cambia a tiempo
El equipo de Pellegrino se sobrepuso en los últimos minutos a los goles de Aduriz y a sus lagunas de su defensa
Actualizado:Sin Fernando Llorente el Athletic es menos. Pero Marcelo Bielsa ensaya su ausencia porque el campeón del mundo les dejará huérfanos próximamente. Sin embargo, la fuerza de la insistencia todavía no ha dado frutos ni siquiera en un terreno abonado a los vaivenes como el de Mestalla. Quizás si el Athletic no hubiera jugado los últimos 20 minutos de partido con diez jugadores habría triunfado sobre un Valencia en el que la defensa es ya un problema evidente que debe solucionar si no desea sufrir como en la visita del equipo vasco.
Lo cierto es que el Athletic sobrevivió a los primeros minutos de un adversario rápido y confiado al que solo el poste (Soldado) y la falta de puntería evitaron anotar para empezar con buen pie. A pesar de los avisos iniciales, el Athletic se entregó a gusto al duelo, con el estilo brioso y enérgico que ha impulsado Bielsa en los rojiblancos. En ese período se repartieron los roles de un encuentro sin amo, con la velocidad como criterio y con la imprecisión como freno. En medio del torbellino Munain levantó la cabeza y se inventó una amenaza en forma de pase al hueco con la que temblaron los defensas ‘ché’ hasta el punto de que Mathieu entregó el balón al borde del área a Aduriz. El delantero, habitual verdugo de sus antiguos equipos, colocó el balón en la red y la intranquilidad en la casa del rey de las dudas.
A pesar de los problemas en la zaga y el creciente nerviosismo local, los del Turia mantuvieron su idea de juego veloz y directo para enfrentarse a un equipo con el mismo patrón. El azar dispuso un penalti a su favor cuando un centro tropezó en la mano de Ekiza y Soldado batió a Iraizoz. Aunque poco duró la alegría ‘ché’… porque sus propios defectos les hundieron. Pellegrino había entrenado durante toda la semana la defensa de jugadas de estrategia y avisado del peligro de Aduriz. Pues en el minuto 29 los visitantes le dieron la razón con el saque de esquina del recuperado Iñigo Pérez que Aduriz empujó a gol.
El tanto en contra explotó los dilemas del Valencia. Los de Bielsa detectaron los titubeos y se dedicaron a rondar el área rival para presionar los defectos de sus rivales. Durante gran parte de la segunda parte funcionó la táctica rojiblanca mientras la inseguridad local y la picardía visitante aumentaba la tensión local.
Sin embargo, los futbolistas del Valencia parecieron cambiar su mentalidad a la hora de partido. Las bandas se abrieron para las entradas de Barragán y Bernat mientras que los visitantes cedían el terreno al mismo tiempo que su energía. Solo Amorebieta insistió con el estilo impulsivo y a punto estuvo a punto de ceder un penalti al arrollar a Soldado con más claridad que una situación similar de Iraola con Mathieu en a primera parte. Entonces emergió Iraizoz para atrapar cada balón que enviaron los valencianistas desde diferentes posiciones y suertes.
Parecía un final de partido destinado al dominio local y el contragolpe del Athletic cuando una patada por detrás de Ander Herrera envió al centrocampista al vestuario. La expulsión facilitó el camino andado por el Valencia. El equipo norteño no pudo aguantar el aumento de su desventaja a pesar de los cambios de Bielsa. Al final, la perseverancia de los de Pellegrino fructificó en los últimos minutos en una serie de tiros a puerta que culminaron Tino Costa y en un cabezazo en el descuento del experto Valdez. El último gol hundió a los rojiblancos en su derrota cuando habían atisbado una victoria a domicilio en su primer ensayo exitoso sin Llorente. En cambio, los ‘ché’ lograron una remontada improbable y un refuerzo para el estilo de Pellegrino, que ya escuchó sus primeros silbidos en Mestalla.