Un rescate 'virtual' para España
Alemania flexibiliza su oposición y ofrece señales de que avalaría una maniobra destinada a calmar a los mercados
Actualizado:El rompecabezas del rescate español empieza a tomar cuerpo tras semanas de incertidumbre. El Gobierno de Mariano Rajoy ya parece haberse decantado por solicitar el salvavidas, aunque tiene en mente una fórmula que amortiguaría el estigma de volver a pedir auxilio. El Ejecutivo apuesta por acudir al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente, y optar a la apertura de una línea de crédito preventiva que solo emplearía en un caso extremo. Este préstamo virtual sería suficiente para activar el programa de compra de deuda del BCE, el auténtico objetivo del presidente para blindar la estabilidad de los mercados.
Los planes del Gobierno aparecieron desgranados ayer en los principales diarios económicos internacionales. Todos ellos, que recibieron información directa del Ejecutivo, destacaban que Rajoy había dejado atrás su indecisión y se preparaba para pedir el rescate. La reacción de los mercados no se hizo esperar tras semanas de impaciencia ante las confusas señales del presidente. En una jornada muy positiva en todas las plazas europeas, el Ibex-35 se disparó un 3,41%, su mayor ascenso desde hace más de un mes. La prima de riesgo tuvo un comportamiento más moderado y cayó apenas cinco puntos, hasta acabar en los 426.
Rajoy habría encontrado la fórmula idónea para solicitar ayuda a sus socios del euro sin tener que asumir un coste político y económico desproporcionado. La idea pasaría por pedir al MEDE, que entró en vigor la semana pasada, una línea de crédito preventiva. Según las fuentes del Gobierno citadas por rotativos como el 'Financial Times' y el 'Wall Street Journal', esta herramienta permitiría configurar una especie de rescate 'virtual'. Es decir, España no desbloquearía el uso de este dinero a menos que la situación en los mercados se volviera insostenible. No se agrega ninguna cifra específica, pero la normativa del fondo de rescate establece un rango de hasta el 10% del PIB para este préstamo, lo que en el caso español equivaldría a unos 100.000 millones.
El Gobierno asume que el rescate tendrá condiciones, aunque confía en las garantías ofrecidas por Bruselas. La Comisión ha insistido en que España no asumiría más ajustes si reclamaba ayuda. Esta convicción se basa en los tijeretazos aprobados por el Ejecutivo y en la puesta en marcha del plan nacional de reformas. La última palabra, sin embargo, la tendrán los 17 miembros del Eurogrupo. Todo salvavidas se traduce en un contrato vinculante denominado Memorando de Entendimiento. Este documento, que en el caso del rescate bancario fue más exigente de lo anticipado, recoge el listado de requisitos que debería cumplir España.
Respaldo del eurobanco
El otro foco de atención es el BCE. La petición de rescate, en realidad, no es más que una condición previa fijada por el banco central para poder comprar deuda del país beneficiario de forma ilimitada. Rajoy persigue esta intervención masiva porque la entidad tiene la llave para garantizar la tranquilidad en los mercados. En principio, el organismo con sede en Fráncfort aceptaría la línea de crédito para desplegar toda su artillería. Benoît Coeuré, integrante de la cúpula directiva del eurobanco, reconoció la semana pasada que podrían actuar sin que el Gobierno utilice ni un céntimo del préstamo preventivo.
Una vez madurada la decisión, solo resta saber cuándo pediría el Gobierno el rescate. De momento, la fecha sigue siendo una incógnita. El Ejecutivo esgrime que la solicitud se presentará cuando todos los miembros de la zona euro la respalden. Al parecer, una de las cuestiones que más inquieta a los socios es qué ocurriría con Italia. El país transalpino cuenta con que el salvavidas español le sirva también de escudo, pero se teme que la presión de los mercados no responda a esta lógica. Hasta ahora, Roma ha descartado cualquier ayuda y, junto a Francia, ha liderado la presión para que España grite auxilio cuanto antes.
Alemania, que se oponía frontalmente al rescate, empieza a flexibilizar su posición. El Gobierno de Angela Merkel había insistido en que España no necesita un salvavidas, sino seguir adelante con las reformas para convencer a los inversores. Ayer, dos prominentes legisladores de la CDU insinuaron que Berlín ya no se cierra en banda. Norbert Barthle, portavoz de Presupuestos, aseguró que el crédito preventivo «sería un movimiento posible». Eso sí, remarcó que cualquier ayuda llevará «condiciones» aparejadas.