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Escocia decidirá sobre su independencia
Londres y Edimburgo presentan su acuerdo para la celebración de un referéndum en 2014
Actualizado: GuardarDavid Cameron y Alex Salmond presentaron ayer el acuerdo entre los gobiernos de Londres y de Edimburgo para la convocatoria de un referéndum en el otoño de 2014, en el que los escoceses decidirán, por primera vez en trescientos años, si mantienen la unión con Inglaterra y Gales. Los dos gobiernos establecen una serie de procedimientos para que la consulta cumpla las demandas de ambos.
Según Cameron, el visto bueno de su Ejecutivo a la celebración de la consulta con las condiciones pactadas es consecuencia de responder con «respeto a la población escocesa, que en las últimas elecciones votó por un partido que prometía un referéndum». Para el líder escocés, Salmond, el que ha bautizado como 'Acuerdo de Edimburgo' significa «que habrá respeto al resultado, sea el que sea».
Los dos jefes de gobierno firmaron ayer en el edificio del Ejecutivo escocés un documento en el que establecen las guías maestras de la organización de la consulta. Tiene cinco páginas bajo el título 'Memorándum del Acuerdo'. No es un texto legal, sino un compromiso entre los dos gobiernos sobre la operación de todas las instituciones hasta el anuncio del resultado.
La consulta será convocada por una ley aprobada por la Asamblea de Edimburgo y consistirá en una sola pregunta con la posibilidad de dos respuestas. El Ejecutivo escocés tendrá la tarea de formular un borrador de pregunta y de someterlo a la Comisión Electoral, que es designada por el Parlamento británico. Esa comisión ofrecerá un dictamen sobre si es clara tras probar su eficacia con una muestra de población. La ley de Escocia de 1998, que creó la autonomía, establece en su Sección 5 que la organización de referenda es competencia exclusiva de Londres. El acuerdo de ayer presenta, como documento anexo, un borrador de la Orden que será aprobada por el Parlamento de Londres en la que se transfiere a Edimburgo la competencia de organizar una consulta con una pregunta y dos respuestas posibles antes del final de 2014.
Tras ese paso inicial, el Consejo de Gestión Electoral, un organismo creado por la autonomía escocesa, será responsable del censo, de la organización material de la consulta y resolverá cuestiones como el registro de las organizaciones que participarán, la financiación de la campaña -el Ejecutivo escocés no quiere que haya fondos públicos para los grupos reconocidos-, los plazos o las restricciones a la actividad pública de los gobiernos durante la campaña.
Mayores de 16 años
El acuerdo confirma que Edimburgo quiere extender el derecho de voto a los mayores de 16 años, dos menos que los que se exigen para elecciones, y el Gobierno de Londres no se opone a ello, pero las autoridades escocesas tendrán que ofrecer un procedimiento para actualizar el censo electoral que incluya a esos votantes más jóvenes. Tendrán derecho a voto las mismas personas que ya lo tienen en las elecciones municipales y autonómicas escocesas.
La Comisión Electoral, el organismo regulador de los medios audiovisuales, Ofcom y las radios y televisiones públicas y privadas tendrán que llegar a un acuerdo sobre los criterios de imparcialidad en su cobertura. Las licencias audiovisuales a la BBC y a las radios y televisiones privadas ya condicionan su concesión a mantener una línea editorial neutral. Los diarios no tienen restricciones en su cobertura.
Finalmente, el memorándum subraya que los dos gobiernos han llegado al acuerdo «comprometidos en trabajar juntos en los asuntos de mutuo interés y en los principios de buena comunicación y respeto mutuo» y señalan que su compromiso se extiende «a trabajar juntos de modo constructivo cuando se conozca el resultado».
«Unidos somos mejores, más fuertes, más seguros. Es lo mejor para Escocia y también para el Reino Unido», dijo David Cameron tras presentar su acuerdo con el líder independentista Alex Salmond, quien se mostró convencido de que su opción ganará el referéndum y declaró, al ser preguntado si pretende desgarrar la bandera británica, Union Jack, que su objetivo «no es desgarrar cosas, sino establecer una nueva y mejor relación» entre los dos países.
El tono de ambos líderes marcó ayer el que quieren dar a su larga campaña de dos años. La estrategia de la coalición de conservadores y liberal-demócratas, que contarán con el respaldo de los laboristas, más populares en Escocia que los partidos del Gobierno, descarta incidir en el temor al futuro.