«Este día tenía que llegar»
Siguió el desfile en la tribuna de políticos junto a Rubalcaba y no participó en el besamanos posterior del Palacio Real
MADRID.Actualizado:Nuevos tiempos en la Casa Real. Al menos para la infanta Elena. Por vez primera, la Zarzuela dejó en un segundo plano en los actos de la Fiesta Nacional a una hija del Rey. Ayer ni siguió el desfile militar en la tribuna presidencial, junto a los Reyes y a los Príncipes de Asturias, ni formó parte del besamanos en la recepción posterior que ofreció don Juan Carlos en el Palacio Real. «Este día tenía que llegar», confirmó la duquesa de Lugo durante el ágape.
La razón de este cambio se debe a que la Zarzuela quiere que en los actos más institucionales, como el desfile militar de la Fiesta Nacional, por ejemplo, solo estén presentes los Reyes y los Príncipes, dado que don Felipe es el heredero de la Corona y existe especial interés en proyectar su figura y darle más peso en la agenda oficial de la institución.
Por este motivo, doña Elena no tiene por qué participar necesariamente en los actos públicos en los que la representación de la Familia Real corresponda a la jefatura del Estado. Sin embargo, la infanta podrá acudir o no al margen de la presencia de los Reyes o de los Príncipes, como ocurrió ayer en los actos de la Fiesta Nacional.
Esta decisión no cuestiona en ningún momento su presencia en la agenda de la Familia Real. Es más, la duquesa de Lugo seguirá teniendo su programa de actividades oficiales.
El pasado miércoles, sin ir más lejos, presidió una mesa de cuestación del 'Día de la Banderita' de la Cruz Roja y un día después acudió a la reunión anual del Patronato del Instituto Cervantes y al posterior almuerzo con sus representantes y los embajadores iberoamericanos acreditados en España.
Curiosamente, la página de internet de la Casa Real aseguró ayer que el Rey, acompañado de la Reina, los Príncipes de Asturias y la infanta Elena, «presidió» los actos de la Fiesta Nacional. Pero no mencionó que, tras ser recibidos por el presidente Mariano Rajoy y el ministro de Defensa, Pedro Morenés, la duquesa de Lugo no se ubicó en el palco de honor, sino que se dirigió a la tribuna donde se encontraban los representantes políticos.
Tribuna política
En la primera fila de esta tribuna, situada a la derecha del palco principal, se acomodó la hija del Rey. Protocolo de la Zarzuela, encargado de supervisar los asientos, la ubicó en la butaca más cercana al palco de autoridades. A su lado se encontraba el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, y más allá el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso. Los tres mantuvieron una animada charla en algunos momentos del desfile. Pero más allá de lo que hablaran, la 'comidilla' era ver a la infanta lejos de la Familia Real y al lado del máximo representante de la oposición.
Curioso fue, también, que la Zarzuela optara por dejar en un segundo plano a doña Elena el año en que su hermana, la infanta Cristina, y su cuñado, Iñaki Urdangarin, no estuvieron presentes por la situación judicial de este a raíz de la imputación del duque de Palma por el 'caso Nóos'. La soledad de la duquesa de Lugo se hizo así más notoria.
Precisamente, el desfile militar del 12 de octubre de 2011 fue uno de los últimos actos oficiales de Urdangarin hasta que en diciembre pasado la Casa del Rey le apartó de sus actividades. Sin embargo, es sabido que este proceso aceleró los cambios protocolarios en los actos de la Familia Real.