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El Gobierno garantiza que Rota no albergará armas nucleares norteamericanas
Los ministros de Defensa y Exteriores esgrimen la amenaza de Irán para justificar la participación en el escudo antimisiles
MADRID. Actualizado: GuardarLa participación en el escudo antimisiles de la OTAN no conllevará presencia de material nuclear en suelo español. Así lo aseguraron ayer en una inusual comparecencia conjunta ante la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
Esta fue una de las exigencias que España mantuvo en la negociación con Estados Unidos para albergar en la base de Rota a cuatro destructores estadounidenses dotados con sistema de detección e intercepción de misiles balísticos de medio y largo alcance, conocido como Aegis. El resto de condicionantes establecen que los navíos no podrán destinarse a otro tipo de misiones sin consentimiento del Ejecutivo español, España mantendrá íntegramente la soberanía sobre su territorio, aguas y espacio aéreo, y que el personal y ciudadanos estadounidenses destinados en Rota quedarán sometidos a la legislación española.
El acuerdo también conlleva aprendizaje tecnológico y formación militar, terrenos en los que las Fuerzas Armadas españolas se verán muy favorecidas, avanzó el ministro de Defensa.
Morenés explicó que este acuerdo, vigente por ocho años prorrogables y que se materializará mediante una enmienda al convenio bilateral que mantienen ambos países desde 1988, tiene como objetivo «ofrecer protección a toda la población europea y a las tropas de la OTAN desplegadas en el continente». Para justificar la decisión adoptada, García-Margallo puso sobre la mesa los datos de proliferación de misiles de corto y largo alcance, capaces de atacar objetivos a 3.000 kilómetros. En 1992 solo nueve países contaban con este tipo de armamento, una cifra que ascendió a 30 en 2011. Y en este sentido ambos ministros dedicaron especial atención a una posible amenaza iraní. «El régimen de Teherán es un riesgo y las negociaciones para que no fabrique armas nucleares no discurren de forma satisfactoria», apuntó García-Margallo.
Está previsto que los dos primeros buques estadounidenses lleguen a la base de Rota en marzo de 2014. Los dos restantes lo harán a lo largo de 2015. Desde su punto de atraque en la bahía de Cádiz prestarán servicio de vigilancia disuasorio por todo el Mediterráneo.
El Gobierno encontró el apoyo de los socialistas en el fondo, aunque no en las formas. Diego López Garrido recriminó al Gobierno no haber llevado al Parlamento la enmienda al convenio bilateral antes de que el pasado miércoles el ministro de Defensa estampase su firma sobre el acuerdo junto a la del secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta. Como respuesta, el titular de Exteriores quiso recordar que la participación en el escudo antimisiles viene a dar continuidad a una decisión adoptada en un primer momento por el anterior Gobierno socialista.
Las mayores críticas provinieron del diputado de la Izquierda Plural José Luis Centella, para quien este acuerdo no es más que una nueva cesión a la política militar ofensiva de Estados Unidos. Desde UPyD la diputada Irene Lozano mostró sus dudas de que España se encuentre amenazada como para necesitar el paraguas de un escudo antimisiles.
Impacto socio-económico
Al margen del plano militar, tanto Morenés como García-Margallo quisieron poner de relieve el impacto socio-económico que la llegada de los cuatro destructores estadounidenses tendrá en la bahía de Cádiz. De acuerdo a sus cálculos, la elección de Rota como puerto de atraque supondrá la llegada a la base de alrededor de 1.400 familias.
Las obras necesarias para adecuar las instalaciones, de un coste cercano a los dos millones de euros, correrán de forma íntegra a cargo de la administración norteamericana y, según señaló el titular de Defensa, conllevará un buen número de ofertas de trabajo para pequeñas y medianas empresas de la zona.
En definitiva, concluyó Morenés, «este es un acuerdo bueno para España, para Andalucía, para Rota y para la OTAN». «España y la zona mediterránea ganan en seguridad», resumió a su vez García-Margallo.