España vuelve al transistor

Salvo esos ‘ingeniosos’ que siempre se las apañan para encontrar en internet alguna fórmula que les permite cazar la señal de los partidos más remotos o algún forofo y analista del fútbol capaz de estar abonado a plataformas de pago de diferentes países, los aficionados españoles se quedarán sin poder presenciar por televisión el choque que enfrenta este viernes a los campeones del mundo a Bielorrusia, en Minsk. Y no se trataba de un encuentro cualquiera, ya que era el segundo de la selección en la fase de clasificación para el Mundial de Brasil 2014.

Después de intensas e infructuosas negociaciones, Televisión Española, Mediaset España (Telecinco y Cuatro) y el Grupo Antena 3 (Antena 3 y La Sexta) descartaron finalmente emitir el partido. Al mediodía, fuentes de las tres grandes cadenas generalistas avanzaron que el encuentro no se podría ver. Ninguna de las tres cadenas adquirió los derechos de emisión del encuentro, en manos de la empresa alemana Sportfive, que según las fuentes consultadas en las últimas horas pedía en torno a un millón de euros por ellos.

El precio inicial exigido era de tres millones pero, pese a la sustancial rebaja, todavía se consideraba una tarifa «desproporcionada».La crisis económica y del mercado publicitario, el excesivo precio solicitado por la productora alemana, el hecho de que el choque no se jugase en horario ‘prime time’, la circunstancia de que fuera festivo en España y la dificultad añadida de que la realización corría a cargo de la televisión bielorrusa y la buena calidad no estaba garantizada, son algunos de los motivos que dejaron a los españoles sin partido. Tampoco había ya tiempo material para enviar a un equipo de comentaristas para narrar ‘in situ’ el desarrollo del juego.

A este problema se añadió la ausencia de radios españolas en el estadio del Dinamo, debido a que Sportfive pretendió cobrar 25.000 euros a cada emisora para poder retransmitir desde dentro de las instalaciones. Ninguna lo aceptó y fueron desmontadas las líneas asignadas a las emisoras en el estadio. La narración se trasladará a las habitaciones de los hoteles de los enviados especiales.

El hecho es tan poco habitual que hay que remontarse hasta 1983 para encontrar la última vez que un partido de la selección no se pudo ver por televisión en España. Fue un enfrentamiento ante Malta (2-3), disputado el 15 de mayo, y que no se pudo transmitir por problemas técnicos, no económicos. Fue en la misma fase de clasificación para la Eurocopa de 1984, donde los españoles le endosaron el histórico 12-1 a los malteses en Sevilla.

'Interés general'

Entonces, la Isla de Malta no tenía posibilidad de enlazar la red de Eurovisión. Tampoco había forma de sacar la señal a través de ningún satélite. Según rememora el periodista José Ángel de la Casa, entonces comentarista de TVE, el último intento se realizó a través de Corfú (Grecia), pero eran tres ‘saltos’ y no había garantía alguna de éxito. Finalmente, el director de retransmisiones de la televisión pública atendió a la petición de su director de producción y el choque se pudo grabar y emitir unas horas después en diferido. El duelo comenzó bien, gracias a un gol de Juan Señor, pero luego se complicó y acabó resuelto a favor de España gracias a las dianas del ‘Lobo’ Carrasco y de Gordillo.

Antes, en 1981, una gira de seis partidos que llevó a cabo ‘La Roja’ por América como preparación para el Mundial ’82 tampoco la ofreció Televisión Española, el único operador existente por aquel entonces. La selección jugó en Portugal, México, Venezuela, Colombia, Chile y Brasil para preparar un campeonato de infausto recuerdo y solo se televisó el compromiso de Chile. Había interés por emitir el ensayo ante la ‘canarinha’, pero no se dio porque comenzaba a las cuatro y cuarto de la madrugada, hora peninsular.

Desde que se televisó el primer duelo de España, un amistoso ante Francia (2-2) en el Parque de los Príncipes, el 13 de marzo de 1958, que se ofreció en diferido con la locución de Matías Prats, hasta los años setenta, no fue habitual que se ofrecieran los choques internacionales que se jugaban fuera de casa.

Nada que ver con lo que sucede a día de hoy, ya que los partidos de España forman parte del catálogo de acontecimientos deportivos de interés general (’Ley Cascos’), con lo que deberían darse en abierto. Telecinco fue la cadena que emitió el último partido de España a domicilio. Fue ante Georgia, el pasado 11 de septiembre, y su retransmisión ya estuvo precedida de un culebrón similar. Al final, sin embargo, Mediaset aceptó pagar. Los partidos que la selección de Vicente del Bosque disputa en su feudo, como el que se avecina el próximo martes ante Francia en el Vicente Calderón, sí están garantizados ya que TVE es la tenedora de los derechos.