Israel y Hamás se saltan el alto el fuego

El tácito y frágil alto el fuego entre Hamás e Israel ha vuelto a romperse. Las brigadas del grupo islamista y las de la Yihad Islámica lanzaron ayer decenas de cohetes contra el sur de Israel en respuesta a un ataque del ejército hebreo que mató a un miliciano palestino e hirió a once personas, entre ellas cinco niños. Israel replicó con nuevos bombardeos, que causaron ayer heridas a cinco personas. Se trata del peor estallido de violencia de los últimos meses.

El ataque israelí tenía como objetivo a dos milicianos que circulaban en moto, entre ellos Abdulá Mekaui, un combatiente salafista de 25 años al que Tel Aviv vincula con un reciente ataque fronterizo en el que murió un israelí. El ministerio de Sanidad de la franja confirmó ayer la muerte de Mekaui. A través de la mediación egipcia, Hamás ha intentado en los últimos meses controlar los lanzamientos de cohetes de las decenas de milicias armadas de Gaza, posiblemente en un intento de evitar una nueva guerra con Israel. Pero ayer el portavoz de las brigadas de Azedín al-Qasam, la milicia de Hamás, reconoció que el grupo había lanzado al menos 40 cohetes en «estrecha colaboración» con la Yihad Islámica. El bombardeo, dijo Abu Ubaida, pretendía mandar un mensaje a Israel de que no aceptarán «la formula de la agresión unilateral por parte de la ocupación con pobres pretextos».

Según el ejército israelí, en lo que va de año se han lanzado 470 cohetes desde Gaza. La mayor parte de los proyectiles de ayer cayó en zonas deshabitadas y no causaron heridos, aunque una de las explosiones mató a varias cabras en una granja escuela, según el diario 'Ynetnews'.

En respuesta, Israel bombardeó por aire y con un tanque distintos puntos del sur de Gaza. El fuego, que hirió a cinco personas, dañó el minarete de una mezquita de la barriada de Jan Yunis y un depósito de agua.