El hombre que convocó 15 citas electorales y las ganó todas
LA HABANA.Actualizado:La sola presencia de Hugo Chávez en la campaña electoral de 1998 levantaba ampollas entre la oposición. Catorce años después el líder bolivariano se ha sometido a quince consultas ganándolas todas. Ese respaldo popular le ha permitido andar por la vida política como un elefante en una cacharrería, especialmente porque sus adversarios estuvieron desunidos hasta 2006. Con un pasado golpista relativamente reciente -el golpe fallido contra Carlos Andrés Pérez fue en febrero de 1992-, Chávez ganó en 1998 con el 56,20 % frente al 43,80 % de sus oponentes, prometiendo el fin de un ciclo hegemónico de los partidos tradicionales de «la oligarquía»: Acción Democrática y Copei.
Después llegaron consultas y referendos consultivos para reformar la Constitución, convocar la Asamblea Constituyente y luego la Asamblea Nacional, donde sacó 92 de los 165 escaños del nuevo Parlamento. Más tarde fue la convocatoria a elecciones generales anticipadas. Chávez ganaba todo y la confrontación no cesaba. Se produjeron expropiaciones y nacionalizaciones que la patronal intentaba frenar. Tras tres años de conflictividad constante, las manifestaciones derivaron en el golpe de 2002, cuando Chávez fue sacado del poder tres días. Regresó con el apoyo de las clases populares, pero siguieron los problemas. En diciembre se convocó el paro general indefinido que bloqueó el país y lo dejó sin combustible por el plante en la petrolera PDVSA, de la que posteriormente serían despedidos 20.000 trabajadores.
La oposición no sabía qué hacer, así que recogió firmas para pedir un referéndum revocatorio. Se realizó el 15 de agosto de 2004, pero el 'gallo' chavista volvía a triunfar. Ahí los opositores recuperaron las cifras de 1998. Sin embargo, en las elecciones regionales de ese año no les fue bien. Sus dirigentes, contra la postura de Henrique Capriles y Julio Borges, decidieron boicotear la consulta parlamentaria de 2005. No presentaron candidatos con el argumento de que no eran legítimas y promovieron la abstención, que fue del 74,74%. Fue su peor error. Sirvieron en bandeja de plata la asamblea nacional al chavismo, que obtuvo el 100% de los escaños.
Rectificaron en las presidenciales de 2006. Eligieron a Manuel Rosales como candidato único, pero todavía se notaban las fricciones entre ellos y las urnas volvieron a favorecer a Hugo Chávez.