Los vecinos de Sudamérica se sienten «marginados» por la falta de atención del Gobierno local

El parque ubicado en la avenida de Valencia está a oscuras desde el pasado día 20 de septiembre, cuando se produjeran unas intensas lluvias. Además de la suciedad acumulada y los cristales rotos -allí hay concentraciones para consumir alcohol-, en esta zona verde, que no tiene nombre, también hay carreras de coches a altas horas de la madrugada. Así lo ha denunciado la asociación de vecinos de la barriada Sudamérica, que se siente «marginada» por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento.

La ausencia de luz en el parque ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de estos vecinos, que acumulan una larga lista de reivindicaciones sobre necesidades perentorias, como el pintado de pasos de cebras o la limpieza. «Nos preguntamos si la Policía no ve que no hay luz. ¿O es que no lo denuncia? Tienen conocimiento de ello los concejales de Policía Local, Carlos Coronado; de Participación Ciudadana, Alfonso Candón; y de de Infraestructuras, Damián Bornes. Y nada de nada».

Milagros Muñoz, portavoz vecinal, consideró que el Gobierno local da al vecindario un trato que no se merece. «Somos gente humilde que pagamos nuestros impuestos y creemos que contamos para la clase política solo cada cuatro años, para pedirnos el voto».

Así, recordó que «la pobreza no está reñida con la limpieza». «Y en toda la zona, el único espacio para el juego y el ocio de los residentes, está totalmente dejado. La concejala de Medio Ambiente, Marta Rodríguez, lo sabe. Pero también tenemos a Candón, entre Madrid y El Puerto, que conoce las demandas de nuestra barriada, y nada. Y a Bornes con promesas que no cumple, como el paso de peatón al supermercado. Y a Coronado, que es responsabilidad de los servicios de la policía la vigilancia de esa zona, y nada».

Muñoz recordó que estos ediles, junto con el alcalde, Enrique Moresco, han visitado anteriormente la barriada para conocer sus necesidades. «Pero con la falta de respuesta por parte de este Gobierno a la junta directiva que presido, para los vecinos somos inoperantes. A las reivindicaciones no nos hacen el mínimo caso ni llamando por teléfono, ni por escritos, ni aprobándolo en Pleno. Se les llena la boca con la participación y se cachondean de nosotros».