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Un grupo de venezolanos aguarda ante una a las puertas de un colegio electoral en Caracas. :: REUTERS
MUNDO

Venezuela contiene la respiración

La masiva participación en las elecciones presidenciales aviva la expectación ante el duelo que enfrenta a Chávez y Capriles

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

Con el compromiso del presidente Hugo Chávez de «reconocer los resultados sean cuales fueren», los venezolanos acudieron ayer en masa a su cita con las urnas en unas elecciones presidenciales en las que el resultado hizo contener las respiración a millones de venezolanos por primera vez en los últimos catorce años, puesto que antes la victoria del líder bolivariano estaba prácticamente asegurada. De hecho, de los seis candidatos en liza, solo dos figuraban en las apuestas: el actual mandatario y favorito según la mayoría de las encuestas, y el candidato de la oposición antichavista, Henrique Capriles, quien según otras sondeos podría poner en serios aprietos e incluso vencer al actual mandatario.

Al contrario que la mayoría de los votantes, que se pegaron unos buenos madrugones para ejercer su derecho al voto -las puertas de los centros de votación estaban abarrotadas de gente desde las tres de la madrugada-, Chávez depositó su papeleta sobre las una y media de la tarde, hora local. Luego dirigió unas palabras a sus seguidores desde su colegio electoral en el barrio 23 de enero de Caracas, en el que presenciaron su voto la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, la exsenadora colombiana Piedad Córdoba o el actor Danny Glover, entre otros.

«Ha habido una afluencia masiva y en paz, y eso es muy positivo (.) es un día de júbilo, de democracia, de patria. El pueblo venezolano nos está dando una lección y creo que los dirigentes estaremos a la altura de esta elección», comentó el líder bolivariano tras pedir «paciencia» para esperar con «talante democrático» a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) comunique los resultados «cuando los números sean irreversibles». Hugo Chávez también recordó que se trata de su «decimoquinta elección» en catorce años e invitó a todos a votar. Pese a que algunos sondeos dan a su rival como vencedor, el mandatario aspira a ser reelegido para poder poder gobernar hasta 2019 y completar así dos décadas en el poder. Solo así podrá llevar a su «socialismo del siglo XXI» y la revolución bolivariana al «punto de no retorno».

«Paciencia, paciencia»

Capriles, sin embargo, confía en que el cansancio del pueblo y el auge de problemas sociales como la inseguridad o la escasez de alimentos le ayuden a jubilar a Chávez, que lo acusa de ser el «candidato del Pentágono» y de tener un plan oculto para reinstaurar el neoliberalismo. No obstante, el mandatario reiteró que «reconoceremos los resultados sean los que sean porque somos gente seria y responsable».

Poco antes de ir a votar -14.30 hora local- y ante las interminables filas que se formaban delante de los colegios electorales, Capriles pedía calma a los electores a través de su cuenta de Twitter. «Paciencia, paciencia hermanos en esas colas, por el futuro de nuestro país vale la pena esperar todo el tiempo que sea». «¡Por más que algunos quieran hacer el proceso lento, nadie les quitará su derecho a votar! ¡Por el futuro todo!», añadía en otro mensaje el candidato de la oposición, que acudió a votar vestido con camisa blanca y pantalón y zapatos marrones, una especie de rito que repite en todos los comicios.

Tras depositar su papeleta en el colegio de Las Mercedes, Capriles dijo estar «muy contento porque algo bueno está pasando» en el país. «Estoy seguro que esta misma noche vamos a hacer una sola Venezuela. Soy muy creyente y estoy en las manos de Dios, como esta el pueblo venezolano», se felicitó tras insistir en que «lo que el pueblo diga hoy es una palabra sagrada para mí porque para saber ganar hay que saber perder».

Desde primera hora del día las palabras y comentarios más escuchados entre algunos de los 18,9 millones de electores inscritos para votar eran «emoción», «democracia», «normalidad», «vengan a votar», «dejen Twitter, salgan de la cama y vengan a votar porque luego no pueden protestar», «fluido, masivo, participativo» o «fiesta democrática». Lo curioso es que se trata de términos repetidos tanto por los dirigentes oficialistas como por los opositores. En cualquier caso, todos manifestaron su confianza en el proceso automatizado.

El vicepresidente Elías Jaua se refería al «pueblo» y alababa la «automatización» tras votar en el barrio popular de Petare. En el otro extremo político Leopoldo López, coordinador nacional del 'comando Venezuela', que respalda a Capriles, aplaudía el «extraordinario día de participación que incluso está superando nuestras expectativas». El joven político que renunció a competir en las primarias opositoras a favor de Capriles, recordó que tenían «testigos en el 100% de las mesas (cerca de 40.000 en 13.800 centros de votación)».

Varios analistas coincidieron en que la abstención, generalmente en torno al 25 %, será baja a juzgar por la presencia de electores en los centros de votación. Los colegios abrieron a las 6.00 de la mañana (11.30 hora española), salvo algún pequeño retraso, y debían permanecer abiertos hasta las 18 horas (23.30 en España) o mientras hubiese votantes en la fila. Durante más de doce horas permanecieron cerradas las fronteras del país y tampoco se permitió utilizar ropa que identificara a la gente con partidos políticos.