El San Fernando se ha quitado una gran presión tras su triunfo en Cáceres. :: VÍCTOR LÓPEZ
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Una ocasión para hacer historia

Pallarés, Polaco y Borrego son bajas en el equipo de Masegosa, que llega con la moral muy reforzada tras la heróica victoria lograda en Cáceres El San Fernando recibe al Albacete en un duelo que no se produce desde hace casi 30 años

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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El de esta tarde es uno de esos partidos esperados por la afición desde que se supiera que el San Fernando iba a volver a ser equipo de Segunda B. Todo un histórico del fútbol español visita el Estadio de los Juegos Iberoamericanos para afrontar un duelo que no se producía desde hace casi tres décadas.

El Albacete será una buena piedra de toque para medir el potencial del conjunto azulino, crecido en su orgullo tras la heróica victoria cosechada la pasada semana en Cáceres. Un conjunto llamado a estar en la zona alta de la clasificación que, sin embargo, no está respondiendo hasta el momento a las expectativas.

Además, el equipo que entrena Antonio Gómez llega a San Fernando muy mermado por las bajas. Adriá Granell sigue arrastrando problemas en su rodilla y se quedará fuera una semana más. Alba se ha recuperado. Además, han tenido diversas molestias esta semana Tete, Martins y Raúl Ruiz, aunque todo hace indicar que ya quedaron atrás y que podrán vestir si el técnico lo considera oportuno.

Tampoco tiene a todos sus hombres Masegosa, ya que Polaco y Pablo Pallarés, expulsados la pasada semana, están obligados a cumplir un partido de sanción. Tampoco va a entrar en juego Paco Borrego, que aunque ha superado sus molestias se ha preferido no arriesgar con él para evitar recaidas. La buena noticia es la vuelta la equipo de Ñoño, que ya cumplió su castigo en tierras extremeñas.

Las ausencias en defensa van a provocar que el entrenador sevillano tenga que tirar de Germán para formar pareja en el centro de la zaga con Sambruno. En ataque, el hueco que deja Pallarés lo ocupará presumiblemente Pedro Carrión, por lo que la mediapunta será para Antoñito.

Los tres puntos que se sumaron en la última jornada han generado un clima de optimismo en el entorno del conjunto isleño y, sobre todo, han servido para que los jugadores rompieran una barrera mental importante. La moral está por las nubes y se quiere aprovechar que el Albacete llega con la necesidad de ganar para no desengancharse de los puestos de cabeza. Son los manchegos los que tienen urgencias y esa sensación debe saber controlarla y manejarla a su favor un equipo azulino que ha demostrado tener tablas ante equipos de esa entidad, como ya se comprobó en el derbi contra el Cádiz.