Gauguin y compañía, en busca del paraíso
El Thyssen confronta el talento pionero Paul Gauguin con el de otros nómadas de arte | El museo celebra sus veinte años consolidado como una de las primeras pinacotecas del mundo
MADRIDActualizado:Sin la valentía y el arrojo de Paul Gauguin (1848-1903) el arte del siglo XX no se habría permitido determinados atrevimientos. Gracias a su decidida búsqueda de lo más genuino, primitivo y puro en los exóticos paraísos de los mares del sur, otros creadores como Klee, Macke, Kandinsky, Kirchner o Matisse emprendieron caminos y viajes igualmente osados en búsqueda de ignotos y nuevos mundos estéticos. Esta es la tesis de 'Gauguin y el viaje a lo exótico', la muestra con la que el Museo Thyssen-Bornemisza celebra sus primeros y felices veinte años. Confronta más de una treintena de obras del artista francés que quería "pintar ensoñaciones antes que realidades" con la de muchos de sus contemporáneos y seguidores para demostrar que su afán de búsqueda y su huida al paraíso fue determinante para el devenir del arte.
Los reyes y el quién en quién de la cultura y el arte español están convocados para inaugurar el lunes por todo lo alto esta histórica muestra de aniversario que, paradójicamente, es la primera que en muchos años que el Thyssen afronta sin patrocinador. Y es que la crisis ha laminado el acuerdo que durante más de un década el museo ha mantenido con la Fundación Caja Madrid y que permite abordar casi una veintena de grandes exposiciones.
Aunque el nombre de Gauguin es el gran atractivo y el potente imán de la muestra, lo cierto es que solo 33 del centenar de piezas expuestas salieron de su colorista y potente paleta. Todas son obras espectaculares, comenzando por el 'Mata Mua', la estrella de la colección de Carmen Thyssen junto a 'Idas u venidas', comprometida muy especialmente con este reto que ha exigido varios años de trabajo y negociaciones a muchas bandas para conseguir la cesión de las piezas más espectaculares de la muestra. Tita Cervera no faltó a la presentación para reiterar que el genio francés es una de sus debilidades y uno de los puntales de su colección y avalaf al Thysse como "uno de los museos más completos el mundo"
"Gauguin es el padre de una modernidad que está en la médula y el alma de nuestro museo" plantea Paloma Alarcó, la comisaria de la exposición, que ha buscado y logrado traer a España las piezas cruciales que documentan la huida de Gauguin en busca de sus orígenes. "Con esa huida dio un decisivo paso adelante y la obras que surgieron de esa aventura nos permiten ahora comprender la importancia decisiva que tuvieron sus viajes para la historia del arte" una aventrua iniciático que da pie "para relatar otras historias".
Pionero
Se presenta a Gauguin como "el primer viajero moderno" que no duda en desplazarse a las antípodas en busca de lo más genuino e incontaminado de de civilizaciones antiguas "alejadas del corsé de la sociedad occidental". Un gesto que "imitarán muchos de los otros artistas presentes en la exposición" que encontraron inspiración en la luz y el exotismo de otros continentes, como el Klee o el Macke que recorren el Norte de África o el Matisse adulto que ya casi paralizado, encuentra inspiración para sus collages recortados en los corales y en la las formas marinas.
Alarcó pone el acento en la rica confrontación del talento de Gauguin con el de antecesores, coetáneos y sucesores. Su propuesta se interesa primero por la figura de Gauguin, un agente de bolsa que abandonó el parqué por la incertidumbre de la pintura y el sur de Francia por el sur de Pacífico "para convertir sus imágenes en las más seductoras del arte moderno" y resultar además "determinante" en lo 'ismos' de las primeras décadas del siglo XX, como el fauvismo francés y el expresionismo alemán según recordó la comisaria.
Así, el primer y privilegiado espacio de la exposición propone un diálogo entre 'Parau api' (¿Qué hay de nuevo?, 1892), quizá la obra que mejor resume el afán exploratorio y el amor por lo exótico de Gauguin con 'Mujeres de Argel en un interior', pieza crucial de Eugene Delacroix que el primer nómada del arte y el que antes se dejó seducir por el exotismo de oriente.
El origen de esta aventura que acabó siendo colectiva está en el viaje que Gauguin realiza a Martinica junto con Charles Laval, y que en la muestra testimonia con pintura de ambos. Son el prólogo e una de las salas estelares donde se exhiben dos telas histórica el 'Mata mua' (´Érase una vez', de 1982) , de la colección de Carmen Thyssen, junto a 'Matamoe' ('Paisaje con pavos', 1892), procedente del museo Pushkin de Moscú. En su entono, piezas como 'Dos mujeres tahitianas' que cede el Metropolitan de Nueva York, o 'Adán y Eva', que ha viajado desde Copenhague.
El viaje para alejarse de la civilización
El viaje para alejarse de la civilización será "un impulso renovador a la vanguardia" y convertirá los entornos naturales salvajes "en motivo recurrente de la temática moderna", según la comisaria, como se ve en las pinturas de Claude Monet, Henri Rousseau, Emil Nolde, Ernst Ludwig Kirchner, Henri Matisse, Otto Muller o Franz Marc.
Alarcó ha querido también explorar la concepción moderna de lo exótico y su conexión con la etnografía a través del también pionero interés de Gauguin por incorporar lo desconocido y misterioso de las nuevas fronteras que traspasa "como un adelantado de la etnografía moderna", otro camino en el que le sucederán los expresionistas franceses y alemanes. Fue Gauguin el primero en ofrecer esta visión que tiene su pleno desarrollo en las serie de Emil Nolde sobre los nativos de los Mares del Sur o el docuemental de Friedrich Wilhelm Murnau sobre esa etnia que cierra la muestra junto a grandes collages y recortables de Matisee. Se titula 'Tabu. Una historia de los Mares del Sur' y fue rodada en 1931 por el cineasta alemán siguiendo la ruta de Matisse por la Polinesia francesa.
El colorido de Gauguin es espectacular, pero no menos que las paletas de August Macke, Paul Klee o Sonia y Robert Delaunay, pintores viajeros como el genio francés y cuyas obras se agrupan para documentar el viaje colectivo de en pos de una nueva sintaxis plástica a base de luz y color emprendido por Gauguin.