La OTAN se enfrenta al momento de mayor peligro en Afganistán

La OTAN afronta con incertidumbre las dos últimas fases de la transferencia de la seguridad de Afganistán a las fuerzas locales. Los ataques protagonizados por soldados afganos contra sus preparadores de la coalición han costado la vida a 51 soldados en este 2012 «y están afectando seriamente a la confianza mutua», confesó el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, en una entrevista al diario 'The Guardian' en la que sorprendió su anuncio de que «el repliegue podría acelerarse en algunas zonas del país».

Desde Kabul, el ministro de Defensa afgano, Bismila Mohamadi, advirtió de que «las últimas dos fases de la transferencia de seguridad son más peligrosas que las anteriores porque afectan a zonas más inestables». Un peligro que la OTAN afronta con la noticia de la muerte del soldado número 2.000 de Estados Unidos desde el inicio de la invasión, precisamente el fin de semana en un tiroteo aun sin aclarar entre americanos y fuerzas afganas en un puesto de control en Wardak.

En un primer momento se pensó que se trataba de un nuevo caso de 'green on blue' (expresión en inglés para referirse al ataque de un soldado afgano, cuyo uniforme es de color verde, contra uno de la OTAN, cuyo color en terminología militar es el azul), pero podría tratarse de una operación insurgente contra el puesto de control.