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ESPAÑA

Cospedal persuadió a sus barones para que aparcasen las críticas

Argumentó que era el momento «dar la talla» y «anteponer el interés general de España a los particulares» para el éxito de la conferencia

ALFONSO TORICES
MADRID.Actualizado:

Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP, admitió al término de la Conferencia de Presidentes que tanto ella como el resto de la dirección nacional, con Mariano Rajoy al frente, se emplearon el lunes a fondo para convencer a los barones de su partido de que aparcasen sus quejas para lograr una imagen de unidad y que la cumbre autonómica fuese un éxito.

El Gobierno y el PP eran conscientes de las dificultades que iban a encontrar ayer para que las comunidades gobernadas por el PSOE más Canarias y Cataluña, regidas por nacionalistas, cerrasen filas con Rajoy ante los mercados y la UE, y lo último que podían permitirse era que los barones populares se rebelasen y engrosasen las disensiones.

No podía repetirse que presidentes como el balear José Ramón Bauza o la aragonesa Luisa Fernanda Rudi denunciasen el injusto trato que los Presupuestos del próximo año dan a sus territorios o que el extremeño José Antonio Monago y el catellano-leonés Juan Vicente Herrera cuestionasen el reparto de los objetivos de déficit para 2012 y 2013 que impuso el Ejecutivo en julio y que les llevó a abstenerse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Cospedal describió lo ocurrido en la cena celebrada en la sede nacional de la calle Génova de Madrid, que reunió a los barones con Rajoy y la dirección, como «una conversación lógica de un partido político», en la que se transmitió «la necesidad de hacer un esfuerzo importante de responsabilidad para mostrar unidad en el exterior» y de «anteponer el interés general de España a las necesidades particulares». Según añadió, la obligación de todos era «tener la talla política y la cintura suficiente para que cada uno sepa qué tiene que aportar para salir de la situación en la que estamos».

Lo cierto es que los populares cumplieron las consignas al pie de la letra. Cospedal pudo asegurar después que «ningún presidente del PP se quejó, dentro de la conferencia, del reparto del cumplimiento de los objetivos de déficit entre Gobierno y comunidades autónomas», pese a que fuentes de la Moncloa afirmasen lo contrario por la mañana, y que ninguno de ellos sacó a relucir tampoco sus objeciones por el fuerte descenso de las inversiones en sus territorios. Bauzá no lo dijo dentro, pero tras la reunión insistió en que podrá llegar a un acuerdo con Hacienda para mejorar la asignación presupuestaria para Baleares. La secretaria general popular, interrogada por el asunto, se limitió a desearle suerte, con un tono no exento de cierta ironía.

«Unidad nacional»

Los dirigentes populares no hicieron alusión a ello, pero entre los pactos de cara a la conferencia también estaba evitar enfrentamientos directos con Artur Mas sobre su desafío soberanista. No era el día ni el lugar. La mayoría de los presidentes se limitaron a reivindicar durante la reunión la bondad del estado autonómico.

Solo los presidentes de Madrid y Extremadura dieron algún paso más. Ignacio González defendió la «unidad nacional» y reclamó aparcar las «amenazas territoriales» porque dificultan la financiación de la deuda española. Monago se trajo de Extremadura el ejemplar de la Constitución sobre el que juran los presidentes de la Junta para mostrarlo como símbolo y reivindicación contra las pretensiones independentistas.