Sociedad

Bebés que nacen con herencia

La Sociedad de Pediatría Social presenta una guía para orientar a los facultativos en el tratamiento de estos pacientes Los niños adoptados tienen riesgos patológicos por las deficiencias prenatales

MADRID. Actualizado: Guardar
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Enfermedades neurológicas, infecciosas, malnutrición o desequilibrios emocionales. Estas son algunas de las patologías que los niños adoptivos heredan de la falta de atención y cuidados de sus progenitores durante su infancia y son algunas de las causas para que sus padres pierdan la patria potestad. En España hay 38.000 menores atendidos en el Sistema de Protección a la Infancia, es decir, niños que no están bajo la custodia de su familia biológica, sino en adopción, acogimiento residencial o cuya tutela recae en la administración pública. Estos menores tienen más riesgo de sufrir una patología por las carencias sufridas en su infancia y, sobre todo, durante su gestación. Por ello, la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) presentó ayer la primera 'Guía de Salud de los niños atendidos por el sistema de Protección a la Infancia' con el objetivo de detectar los factores de riesgo y establecer un protocolo de actuación.

«La idea no es enseñar, sino orientar a los facultativos sobre los factores de riesgo de estos menores más propensos a sufrir ciertas patologías», asegura el pediatra Ángel Cortes, uno de los autores del documento. Los especialistas reiteran que no se trata de que los niños desarrollen enfermedades raras, sino producto de una mala atención sociosanitaria durante su infancia. En este estudio, que se entregará a los pediatras y también a las familias adoptivas, se describe un protocolo de actuación sobre estos pacientes para prevenir y mejorar el diagnóstico.

Los autores del estudio aseguran que la mayoría de los factores de riesgo se producen en el estado prenatal, es decir, por deficiencias en el estado de salud de la embarazada. Los problemas surgidos durante este periodo son de los más preocupantes puesto que los niños arrastran secuelas a medio o largo plazo, por ejemplo, en los casos de transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH o la sífilis. Los riesgos también aumentan cuando hay consumo de alcohol y drogas durante la gestación o ante la falta de controles de la madre en el embarazo que pueden provocar incidencias por encima de la media en prematuridad. La falta de exámenes también eleva el riesgo de patologías perinatales graves como cardiopatías congénitas o malformaciones.

Otro de los factores de riesgo se deriva de problemas nutricionales. Una mala alimentación, por escasa o elevada en grasas, puede provocar anemias o retraso en el crecimiento. También es más normal entre estos menores haber recibido cuidados médicos inadecuados, lo que se traduce en calendarios vacunales incompletos o falta de diagnósticos de enfermedades, con el consiguiente peligro para su bienestar.

Los malos tratos son una de las causas para que los progenitores pierdan la custodia de sus hijos. Estos niños sufren secuelas psicoafectivas. Además, tienen más posibilidades de desarrollar un déficit afectivo que se traduzca en baja autoestima, frecuencia de conflictos, conductas antisociales, fracaso escolar, hurtos o consumo de alcohol y drogas.

Inmigración

Un sector muy importante de la población que se ve afectado es el de los inmigrantes en situación irregular, donde los expertos ven necesario averiguar los antecedentes clínicos y realizar una exploración en función del país de origen para centrarse en detectar determinadas enfermedades. «Estos niños requieren que la sociedad haga un esfuerzo en su atención», explicó el presidente de la SEPS, José A. Díaz Huertas.

El primer paso comienza con una consulta médica inmediata una vez que el menor es ingresado en un centro de acogida o adoptado por una familia y elaborar un historial clínico para realizar un diagnóstico.