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MUNDO

Siria acusa a EE UU y a los países árabes de apoyar al terrorismo en su país

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.Actualizado:

En el avispero sirio es difícil saber quién es quién. Esta es la duda que intentó explotar ayer el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al-Moualem durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU. El representante del país que ha estado en boca de cuantos han tomado el micrófono acusó a EE UU, Francia, Turquía, Catar y Arabia Saudí de estar «induciendo y apoyando el terrorismo en Siria con dinero, armas y luchadores extranjeros».

Como ejemplo concreto de actos de terrorismo citó la bomba que explotó en Damasco el miércoles pasado, reivindicada por el grupo terrorista Jabhat al-Nosrah, afiliado a Al-Qaeda. «Lo peor es ver a miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que han lanzado guerras con el pretexto de combatir el terrorismo, apoyando ahora el terrorismo en mi país», atacó el adjunto al primer ministro sirio.

Las Naciones Unidas han verificado con preocupación la entrada de miles de yihadistas en territorio sirio, con la indudable presencia de grupos terroristas. Lo que no está claro a quién favorece su presencia.

El exyihadista libio Noman Benotman, que preside la fundación británica antiextremismo Quilliam, admitió recientemente que el grupo terrorista mencionado por el ministro sirio había logrado reclutar un grupo de Damasco asociado con el Ejército de Liberación Sirio. «Sin embargo, tenemos documentos que prueban que en otras regiones los luchadores de la oposición rechazan los intentos de persuasión Jabhat Al-Nosrah para que se les unan porque su lucha no es ideológica y saben que el régimen lo utilizará contra ellos para arrebatarles apoyo internacional», aseguró.

Otras fuentes indican que desde que empezó el conflicto hace 18 meses el Gobierno sirio permitió a propósito el regreso de los yihadistas que luchaban en Irak, donde se estaba produciendo la retirada de tropas estadounidenses, a sabiendas de que continuarían con los atentados en suelo sirio. De esa manera, podrían justificar sus acusaciones de que en realidad combaten el terrorismo y no una revuelta popular.