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Economia

La banca y los Presupuestos se someten al examen de los mercados

El Gobierno ha puesto todas sus cartas sobre la mesa a la espera de que el BCE aclare su programa de apoyo

M. J. ALEGRE
MADRID.Actualizado:

Los inversores ya conocen por fin, en el arranque de la semana, los detalles de los Presupuestos generales del Estado para 2013, las líneas principales del programa reformista del Gobierno y las necesidades de capital de los bancos si tuvieran que hacer frente a un panorama sensiblemente peor que el previsto en las cuentas públicas del año próximo. El Ejecutivo ha puesto sus cartas sobre la mesa y confía en que le sirvan para que, en el plazo más breve posible, se reduzca la prima de riesgo, que el pasado viernes se movía por encima de los 450 puntos básicos, con tendencia a subir.

Mientras tanto, a la reiterada pregunta sobre cuando presentará España a los socios europeos una petición de rescate global de su economía, tanto Mariano Rajoy como los miembros de su Gabinete responden que antes han de tenerlo todo «atado y bien atado». Del Banco Central Europeo (BCE) espera el Ejecutivo alguna clarificación adicional sobre sus intenciones. El consejo de gobierno de la autoridad monetaria vuelve a reunirse el 4 de octubre.

Empieza un mes de octubre muy delicado para las finanzas públicas, con las obligaciones a diez años otra vez en el entorno del 6%. Con esta exigencia de rentabilidad como referencia, el Tesoro afronta un periodo en el que se concentran casi 27.000 millones de euros en vencimientos. El próximo jueves día 4 se propone colocar bonos a dos, tres y cinco años. Es la etapa más fácil. Los títulos de plazo más corto tienen más fuerte demanda por estar comprendidos en el eventual programa de compra que el BCE estaría dispuesto a poner en marcha si el Gobierno español formula una petición de auxilio que estará sujeta a estrictas condiciones.

El escenario se complica para el Tesoro a mediados de mes. La subasta del día 16, de letras a 12 y 18 meses, podrá superarla con holgura, según anteriores experiencias, pero la prueba de fuego le aguarda el día 18, cuando el calendario prevé una colocación de obligaciones. Si octubre se supera sin un agravamiento de las tensiones, la recta final del año daría margen para avanzar en otros objetivos como la reestructuración del sector financiero y la recepción de los recursos necesarios: los primeros fondos, 30.000 millones de un total ahora estimado en 40.000, llegarán en noviembre.

Deuda e intereses

El ejercicio 2013 presenta aún mayores dificultades. Los Presupuestos generales revelan que la financiación que el Estado demandará a los mercados ascenderá a 207.173 millones de euros (un 20% del Producto Interior Bruto) de los que 159.153 millones corresponden a la renovación de amortizaciones y el resto al déficit estimado. La otra cifra relevante son los 38.615 millones de euros de gastos financieros previstos para el próximo año, que representan un aumento interanual del 33,7% como consecuencia del significativo incremento del volumen de la deuda pública. Un débito que en 2013 avanzará todavía a ritmo más acelerado, porque incorpora las nuevas necesidades. Entre ellas, las derivadas del rescate bancario -60.528 millones del FROB-, junto al fondo de financiación para pagos a proveedores -27.372 millones que adelantaron las entidades financieras-, las contraidas por Renfe, AENA y el Adif y hasta por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (7.711).

Junto a la evolución del mercado de deuda, cabe esperar hoy la reacción de las Bolsas a los resultados de las pruebas de resistencia del sector bancario. Las entidades cotizadas, que registraron fuertes descensos de valor la pasada semana por la incertidumbre, confían en que los inversores tengan en cuenta las calificaciones de Oliver Wyman.

Queda pendiente la revisión que se propone hacer la agencia de calificación Moody's de la nota que concede a la deuda española a largo plazo. La firma anunció en agosto que estudiaría si mantenía el rating en el actual nivel -Baa3- o lo rebajaba un peldaño, hasta dejarlo en la frontera del bono 'basura'. El Gobierno confía en que sus últimos movimientos hayan convencido a los calificadores de que sus esfuerzos por recortar el déficit y reestructurar la banca merecen un reconocimiento.