La última moda bizarra de los nipones
Los ‘bagelheads’ son inyectados con una solución salina que provoca una hinchazón moldeable
MADRIDActualizado:En España hubo un tiempo en que un 'piercing' en la nariz era algo exótico, extraño e incluso desagradable. Hoy se ha convertido en un complemento corporal muy común en nuestra sociedad. Lo mismo ocurrió con los tatuajes. Asociados culturalmente al ambiente carcelario, sus versiones más estéticas y modernas que vinieron bajo el impulso de la cultura punk, 'heavy' y roquera anglosajona de los años ochenta calaron pronto en la juventud española. En nuestros días, es ya una moda consolidada. Más actuales son las dilataciones, una estética que todavía es considerada algo extrema, pero que poco a poco arraiga en la población, con personajes populares como ejemplos de normalización como el diseñador David Delfín.
Es cuestión de acostumbrarse. Por eso, aunque en un primer momento parezca una moda bizarra, repulsiva e incluso inútil, no tendríamos por qué sorprendernos de ver en unos años a un 'bagelhead' por una calle española. La última tendencia estética japonesa causa furor y desagrado a partes iguales. La técnica parece sencilla: se inyecta una solución salina bajo la epidermis -normalmente en la frente- durante unas dos horas. Esto provoca una hinchazón en la zona que posteriormente se moldea a gusto del consumidor. La figura más representada es algo así como un donut, conocido como 'bagel' fuera de nuestras fronteras, y de ahí el nombre de esta corriente. No hay que alarmarse, ya que esta modificación corporal es temporal y solo dura entre 16 y 24 horas, hasta que la sustancia, que no es tóxica, es absorbida por el organismo.
Esta tendencia se está haciendo popular estos días por el tráiler de un documental que National Geographic estrenará el próximo 18 de octubre. En él aparece Ryoichi 'Keroppy' Maeda, fotógrafo y periodista que lleva diez años dando a conocer a los 'bagelheads'. En una entrevista publicada el año pasado en la revista Vice, el comunicador japonés dejaba constancia de cómo se había convertido en un referente japonés de la modificación corporal: “Me perforé el pezón en 1992 y escribí el primer artículo para el mercado japonés sobre 'piercing'. Después me hice un tatuaje en Los Ángeles en 1995 y escribí el primer artículo sobre tatuajes”. En su web se encuentra parte de su trabajo fotográfico en una galería no apta para aprensivos.
Gurús de la estética extrema
Además de ponerse un donut en la frente, los japoneses sorprenden con otras tendencias estéticas excéntricas. Torcer los dientes es una práctica a la que están acostumbrados los dentistas nipones. Unos dientes bien alineados se tuercen a la fuerza para provocar que los colmillos sobresalgan, creando el efecto de los dientes dobles, lo que ellos llaman 'yaeba'. Esta modificación, más común entre las mujeres, tiene como finalidad conseguir un rostro aniñado, 'kawai'. La imperfección como símbolo de belleza.
Algo más antiestético es la moda 'ganguro' -literalmente, rostro negro-. También casi exclusiva entre la población femenina, consiste en teñirse el pelo de rubio o naranja y broncearse la piel hasta niveles excesivos. El cuadro lo completan maquillándose una gran sombra de ojos blanca.
Aunque parezcan menos extremistas, estos dos últimos ejemplos tienen menores posibilidades de calar en la sociedad española, ya que se basan en la sociedad y cultura contemporánea japonesa. Sin embargo, el 'bagelhead', de origen más occidental, podría llegar a conquistar a los jóvenes de nuestro país y, entonces, ver a un 'cabezadonut' no será algo tan impactante.