Golf | Ryder Cup

Los americanos dominan 'su' Ryder por 10 a 6

Las estrellas de Olazábal sacaron la garra para sumar tres puntos en las rondas del sábado. Europa debería repetir la hazaña de Irlanda (8 victorias en individuales) para ganar la Ryder

MEDINAH (CHICAGO) Actualizado: Guardar
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Las estrellas del equipo europeo sacaron la garra en los últimos partidos del sábado para arrancar dos puntos a los americanos que sumados a que ganaron Rose y Poulter por la mañana pone el marcador en 10-6 para Estados Unidos. Un marcador duro de remontar pero no imposible, ya que Europa necesita ganar ocho partidos en la ronda de individuales para empatar el torneo y retener la Copa y 8 ½ para ganarla. Y digo que no es imposible porque la hazaña ya se culminó en 2006 en The K Club, en Irlanda, donde los jugadores europeos ganaron ocho partidos y empataron uno de los doce en juego. Claro que era en casa, pero todo es posible.

Por la mañana Justin Rose e Ian Poulter ganaron el primer punto del día para Europa en un partido muy disputado y con dominio europeo desde el hoyo 10. Y eso fue todo. Porque en los demás partidos, ni Westwood-Donald, ni Colsaerts-Garcia, ni McIlroy-McDowell llegaron a poner en apuros a sus respectivos oponentes.

Parecía que el belga novato Colsaerts había acabado su provisión de birdies con los ocho (más un eagle) que hizo el viernes.

Con un resultado tan adverso, los cuatro Fourballs de la tarde comenzaron con total dominio de los estadounidenses, alentados por su público. Davis Love III dejó en el banquillo a Phil Mickelson y Keegan Bradley, tres puntos para el equipo en esta Ryder Cup, -"quiero que estén frescos para la ronda del domingo"-, y sentó a Tiger por la mañana para volver a emparejarlo por la tarde con Steve Stricker. Aunque la media jornada de descanso fue inútil porque volvió a perder contra García y Donald, inspiradísimos desde el hoyo 1, que llegaron a tener una ventaja de cuatro hoyos en la primera parte del recorrido y que nos hicieron sufrir hasta el hoyo 18. El momento cumbre de la ronda fue el hoyo 16 (Par 3) con un golpazo de Tiger a un metro de bandera, que fue contestado con otro similar de Luke. El público gritaba de alegría, el "Go Europe!!" volvía a las gargantas, muy apagadas durante casi todo el día. Y Tiger se va de Medina sin ganar ni un sólo partido de equipo.

Pero si el partido del español puso tensión en la jornada, el 'killer' Ian Poulter, emparejado con Rory McIlroy remontó un marcador que fueron perdiendo hasta el hoyo 14. Pero todos esos birdies y esos putts que no quisieron entrar durante todo el día, se concentraron al final con cinco birdies consecutivos de Poulter (del 14 al 18), incluido el glorioso putt del 18, que dio el segundo punto de la tarde para Europa y mantiene vivas las esperanzas de los Continentales.

Este fue sin duda el punto más duro que perdieron Dufner y Zach Johnson tras dominar casi todo el partido.

Colsaerts y Lawrie estuvieron a punto de sacar medio punto, pero el belga estuvo lejos de embocar los putts que le llevaron a la gloria el viernes; y el partido de Rose y Molinari frente a Watson-Simpson fue una derrota sin historia.

Olazábal respiro tranquilo con el marcador final, porque lo que olía a un 4-0 se convirtió en un milagroso 2-2 para darle un poco más de vida a Europa de cara a los individuales.

Un campo para los americanos

No olvidemos que el campo de Medinah lo ha preparado Davis Love III de acuerdo a las características de sus jugadores, grandes pegadores y buenos pateadores, y eso se traduce en un campo largo, sin rough y con los greenes como cristales y muy movidos. Además, colocó la sesión de Foursomes delante de los Fourballs, que siempre beneficia a los estadounidenses, y la estrategia le está funcionando a la perfección, como se refleja en el marcador.

Es verdad que el nivel es muy alto en ambas escuadras y es la primera vez, desde que la Ryder Cup cambió en 1979, que los 24 jugadores presentes en Medinah está entre los primeros 34º del ranking mundial, pero los estadounidenses tienen entre sus filas a más ganadores de 'majors', entre ellos el novato Keegan Bradley que ha demostrado ser una auténtica estrella esta semana, ganando sus tres partidos junto a Phil Mickelson.

Puestas así las cosas, la 39º edición de la Ryder Cup se presenta muy cuesta arriba para las aspiraciones europeas de retener la Copa. José María Olazábal tiene muy difícil derrotar a los Estados Unidos en su terreno, aunque es la mente de muchos están los ocho partidos y un empate ganador en Irlanda.

¿Quién dijo silencio?

Fue la anécdota del primer partido del sábado por la mañana. Salían al Tee Bubba Watson y Webb Simpson frente a Ian Poulter y Justin Rose. Cuatro 'jóvenes' de las nuevas generaciones de golfistas que han aprendido del mensaje de Olazábal y Love que la Ryder no es una guerra sino una fiesta. En el momento de golpear su bola Ian Poulter pidió al público que animara y gritara y les faltó tiempo a los fans para poner a tono sus gargantas y gritar todo tipo de consignas, a favor y en contra, y ondear sus banderas. Frente a tanto griterío, Poulter (sin dejar de animar a la afición), colocó su bola y dio su primer golpe. Bubba, para no ser menos, también siguió su ejemplo. El resultado fue que no se dieron dos buenos golpes de salida, pero a nadie le importó.