«Mi hijo es un cocinero en paro, no un antisistema»

Javier y Chelo esperaban sentados en un banco de la puerta trasera de los juzgados ordinarios de Madrid. Ateridos por el primer frío otoñal, el matrimonio miraba fijamente las diminutas ventanas del sótano del edificio judicial, donde están los calabozos. En su interior se encontraba su hijo Javier, uno de los 35 detenidos en la manifestación del martes en las inmediaciones del Congreso. Javier, de 28 años, llevaba arrestado 48 horas en la comisaría de Moratalaz antes de pasar ayer a disposición judicial. Los padres no supieron nada de él en todo este tiempo. Ni la pertinente llamada de rigor. Nada.

Solo supieron de su detención por un amigo del jóven que les llamó esa madrugada. Les contó que se iban para casa cuando fueron sorprendidos por la batida de los antidisturbios cerca de la estación de Atocha.

«Esto es una pesadilla. Mi hijo no es un antisistema, es un joven cocinero en paro que estaba manifestándose libremente. Que tiene convicciones, es comprometido y no tiene antecedentes penales. Nada más», comentaba su madre. «Esta represión me recuerda a las intervenciones de los 'grises' en el franquismo», relata su padre Javier.

A su lado, un grupo perteneciente a la asamblea del 15M en el barrio de Carabanchel también esperaba. En su caso, a dos compañeros detenidos cuando grababan la concentración en la plaza de Neptuno. Ella, Ainhoa, madre de dos niños; él, Jorge, licenciado en telecomunicaciones. «Es inexplicable. Estaban grabando en directo para internet cuando les detuvieron. Lo curioso es que todo está filmado. Fue completamente arbitrario», cuentan.

Otros familiares y amigos de los detenidos aguardaban impacientes su liberación con una pancarta que rezaba «Solidaridad con detenidos 25S. Stop a montajes policiales». Sus abogados denunciaron en el juzgado al Ministerio del Interior por el retraso injustificado de su puesta a disposición judicial y la vulneración de sus derechos.